Hasta ahora mis discusiones sobre tanga sí o tanga no se limitaban a comodidad y estética. Pero según este artículo del New York Times hay una nueva variable: ¿se es más feminista por llevar bragas en vez de tanga?

En los últimos años, las ventas de tangas han bajado un 7% mientras que las de bragas han aumentado hasta el 17%. Puede parecer que simplemente se deba a una cuestión de moda. Lo cierto es que el tanga, aunque se sigue llevando, ya ni se ven tanto en las tiendas, ni esas terroríficas tiras que asomaban por encima del pantalón. Recuerdo una época en la que era casi imposible comprarse unas braguitas bonitas pero cómodas en condiciones. Si pasabas de tangas y querías unas bragas un poco monis, lo tenías complicado. Era o el tanga sexy o las bragas con muñecos.

Sin embargo, ahora cada vez hay más opciones, de hecho se llevan mucho las ‘granny panties’ o bragas de abuela, bragas altas, cómodas, pero que también pueden ser rebonitas e incluso con encajes, plumetis etc. Además, el rollo cómodo y oversize se lleva en general, así que puede que se trate simplemente de una cuestión de moda.

Pero parece que hay más razones para este descenso en las ventas, según apunta el diario, ya no se trata solo de comodidad, si no que las bragas de abuela pueden ser una forma de auto afirmación feminista. Tal y como lo explica una de las creadoras de una nueva marca de lencería femenina, ‘It’s Me & You’ , tiene bastante sentido «casi toda la ropa interior femenina se hace pensando en enseñársela a un hombre, pero nuestra marca está hecha para que la vistas tú y no la enseñes, se la enseñes a quién quieras o te hagas una foto en Instagram».

Y es cierto que durante mucho tiempo la industria de la lencería femenina parecía estar más hecha para satisfacción masculina o para cumplir con estereotipos de lo considerado ‘sexy’, según lo que veíamos en las películas y revistas: tanguitas, tiras raras, sujetadores que no sujetan, etc. Desde luego poco cómodo para las mujeres y no necesariamente atractivo para todas. De hecho, todo ese rollo, a mí no me gusta nada, como decía Betty, lo erótico me repele. Es más, en la época dorada del tanga, a mí nunca me gustó, no he tenido uno en mi vida y os puedo prometer que en más de una ocasión, cuando lo decía la gente me miraba raro. En plan, ‘qué sosa’.

Así que en este sentido, me parece maravillosa la revolución de las bragas de abuela, poder sentirme atractiva con un conjunto cómodo y bonito sin tener que someterme a una sesión de formas imposibles, embutimientos insufribles y tiras metidas por el culo. Poder ir día a día con una braga bien alta y sentirme igual de mujer que una modelo de Victoria Secret. Y ojo, que ese conjunto puede tener encajes, plumeti y todas las transparencias que quieras.

Pero de ahí a pensar que la que sea feliz con todo ese aparataje no pueda ser tan feminista como yo, pues creo que no.  Otra cosa es que lo haga porque crea que de otra forma no se puede ser sexy o que es menos femenina si no se pone la lencería más fina. Pero el simple hecho de que una chica elija llevar tanga porque le gusta más, no le hace menos feminista. Lo importante es que podamos sentirnos bien con lo que nosotras mismas elijamos, aunque sea con un tanga asesino o con una braga de cuello vuelto.

* La fotos son de It’s Me & You y la de portada es su prenda estrella. Son amor.