La primera vez que escuche algo acerca del «Bra Fitting»  fue hace bastantes años, estaba en Gibraltar y me lo decía una chica inglesa y majérrima que tenía la más mejor tienda de sujetadores de talla grandes en la que yo he estado.

No era bonita, no era cuqui ni nada instagrameable pero es la única tienda que vendía mis adoradas marcas inglesas y tenía todas las tallas en stock. Casi orgasmeo la primera vez que fui y después del bra fitting me pude llevar en el momento 5 sujetadores… Que tú igual te preguntas que que tontería es esa para orgasmear pero estoy segura de que las chicas que usamos una copa más allá de la D, me entienden.

Pero volvamos al principio, que yo he venido aquí a hablar del Bra Fitting.

El Bra Fitting es un «estudio» mediante varias medidas encontrarás tu talla perfecta de sujetador. Porque sí amigas, somos muchas las que a lo largo de nuestra vida hemos ido con la talla de sujetador equivocada.

¿Pero qué me estás contando?

 

Os lo dice una que en su adolescencia compraba sujetadores con el único criterio de que le entraran sus amigas sin importar nada más: ni contorno, ni tirantes ni forma….

¿Entran? ¿Es un modelo que tiene mi abuela? Sí la primera respuesta es afirmativa y la segunda negativa, que me lo cobren que me lo llevo. 

Total, que cuando yo entendí que aquella chica inglesa me preguntaba que si iba con tiempo para hacer el bra fitting,le envíe un wassap a mi señor marido para que se fuera a tomar algo o a ver los monos, os recuerdo que estábamos en Gibraltar, y me tiré de lleno al bra fitting.

Cosas, algunas tontas,  que aprendí en mi primer Bra Fitting

-El contorno importa. Y vaya si importa! El contorno del sujetador, si aprieta, sujeta. Eso me lo grabé a fuego. No es plan de que te parta en dos pero es cierto que si huyes de la holgadez, el peso de tus pechotes recaerá sobre tu espalda y no sólo sobre tus hombros. Y esto nos lleva al siguiente punto…

Es posible una vida sin los tirantes clavados en los hombros. Existe, y una vez que la descubres, no volverás a querer estar ni un minuto en la etapa anterior.

-Los aros tienen que tocar tu esternón. Vale, os lo he dicho a mi manera pero me refiero a que nada de pechos juntos formando bien de canalillo y evitando que el lugar donde se juntan ambos aros toque más allá de tus senos. Los aros pegados al tronco te descubren otro mundo y hasta el entreteto suda menos en verano. Prometido.

El sujetador se abrocha siempre en el primer enganche. ¿El primero empezando por dónde? De fuera para adentro, para así, según se vaya estirando con el paso del tiempo y los lavados, vayas ajustándolo hasta llegar al último. El premio para la persona que lo llevaba haciendo mal toda la vida me lo podéis ir dando. Y es que yo siempre, siempre, abrochaba el sujetador en los enganches de más adentro, no preguntéis porqué.

Hay que colocar las tetas dentro de las copas. Esto ya lo traía medio aprendido de casa pero sólo medio porque yo era de las que abrochaba el sujetador y comenzaba a tirar de él para arriba y los lados como si no hubiera un mañana. Hasta que, en el bendito bra fitting, me enseñaron aquello de coger el aro por abajo, tirar hacía la espalda y con la otra mano «abrazar» el tetamen y deslizarlo hacía delante.

-Si el aro manca, es que no es tu talla.  La vida sin aros clavados es la vida mejor. 

-Cifras y letras. El número marca el contorno y la letra marca la copa. Os lo digo en serio, el Gobierno debería hacer una campaña informativa para que los señoros entiendan esto. Que no, que no llevo una ciento y pico por mucho que a ti, y tu alcohol de más, te parezca que sí y tú de eso entiendas mucho.

Si un modelo de sujetador te queda perfecto, ¡llévate unos cuántos! Anda y que le den a aquello de tenerlos todos diferentes para presumir. Larga vida a la comodidad y al sentirse bien.

-Un buen sujetador, te arregla el look para la boda del año. Y para ir por el pan. En serio, se nota cuando un sujetador es bueno. Que no se trata sólo de que te entren sino de que sujete, de sentirse segura, de olvidarte que lo llevas. Si la camiseta blanca básica que yo llevaba aquel día cambiaba tanto de un sujetador a otro yo ya me quería imaginar como lo harían otras prendas de mi armario. Y de aquí, a otra de las lecciones, siempre que te pruebes un sujetador, ponte la camiseta encima. Siempre. He estado en tiendas especializadas que incluso tienen camisetas para dejarte por si tu vas con algo holgado.

-Pensarás que te ha tocado la lotería cuando, sabiendo tu talla perfecta, te sacan para que te pruebes tú primer sujetador sin tirantes. Sin tirantes, yo, que no sabía lo que era eso desde los tiernos 14… Sin tirantes, yo, y sintiéndome segura. Sin tirantes. Ese día cambiaron mis veranos para siempre.

 

Y por último….

-Casi siempre que vayas a otro establecimiento especializado volverán a hacerte un bra fitting. ¿Por qué? Por aquello de que los cuerpos cambian, a veces adelgazamos, otras engordamos y otras, por ejemplo, se nos ha caído, un poco más, el pecho.