Hola, me llamo Sara y soy adicta a las compras. Ya está, ya lo he dicho. ¿Qué pasa?, que también soy pobre como una rata y mi adicción no pasa por su mejor momento. A pesar de la mala imagen que te doy así de buenas a primeras, quiero que sepas que soy una persona muy responsable (y con unas listas de deseos más largas que una noche sin Netflix). Total, que en realidad si fuese a una reunión de compradoras anónimas me echarían por ser un “quieroynopuedo”.

Así que como no me queda otra, me paso la vida investigando que hacer con mi mes al final de sueldo. Y es que en plena cuesta de enero y con las terceras rebajas ya en marcha algo había que hacer, me estaba quedando sin uñas. 

Investigando por la red encontré el santo grial y me pregunté a mí misma ¿qué pasaría si además de irme de shopping me devolvieran dinero para seguir comprando? Sería la bomba, ¿no? Así que me fui al lado oscuro, que están de rebajas todo el año.

Te cuento, el cashback es una práctica aún muy nueva en nuestro país, aunque mi hermana vive en Inglaterra y allí ya es una práctica supernormal. No se trata de magia ni tampoco hay gato encerrado. Básicamente lo que hacen las tiendas online/marcas es aplicar un descuento al producto. En lugar de rebajarlo en el portal directamente, te lo devuelven en forma de dinerito contante y sonante a través de webs afiliadas. ¿Cómo te quedas?

En mi búsqueda me di cuenta de lo fácil que es: pones “cashback” en tu buscador favorito y te aparecen resultados con distintas webs o aplicaciones para móvil que se dedican a ofrecer este servicio. Simplemente debes registrarte y empezar a comprar a través de los enlaces que ellos te ofrecen. En algunas aplicaciones también dan la opción de comprar en tiendas físicas subiendo fotos de los recibos de las compras realizadas en las tiendas afiliadas y después te reembolsan el porcentaje asignado a cada compra en tu cuenta de la propia web o aplicación. Eso sí, normalmente tienes que acumular un mínimo de dinero para poder mover tu saldo a Paypal o cuenta bancaria. Todos sabemos que Hogwarts no se construyó en un día, ¿verdad?

Yo, por ejemplo, me lo he tomado como una hucha para caprichitos y mis listas de deseos han menguado considerablemente.

La fórmula de las empresas de cashback no tiene misterio si lo piensas bien: las empresas a cambio de estos descuentos se ahorran un buen pastizal en publicidad y la web o aplicación se lleva una comisión. 

Mucho ojímetro, eso sí, NUNCA te registres en páginas que te PIDAN DINERO ¡estos servicios son 100% GRATUITOS! 

Ah, y COMPARA siempre los precios de los productos antes de realizar tus compras. Nadie da duros a cuatro pesetas y habrá veces que valga más la pena pagar de forma tradicional.

Y eso es todo, sed buenas pero si no lo sois, contádmelo.

Por: @Nursiwe