Siempre ponemos demasiadas expectativas en las personas que nos rodean. La vida me ha enseñado a no esperar nada porque luego me decepcionan o vaya, me decepcionó yo solita por culpa de otros/as.
Fue un detalle muy feo.
Haz una lista de las cosas buenas que te aporta «esa amistad» y una lista de lo que no te aporta.
Después de hacerla decide si merece la pena seguir con esa amistad o no.
Si sale sí, habla con ellas.
Si sale no, ni lo hables y que las den!
El mundo está lleno de personas. Mejor centrarse en uno mismo y en aquellas personas que se preocupen por ti y no en gente que no te valora.
Yo me hice un grupo de amigas en el trabajo y solíamos celebrar los cumples cenando juntas. Me gustaba que me incluyeran en el grupo, aunque yo tenía «más vida» y quedaba menos con ellas. Desde el verano hasta la navidad (que era mi cumple) yo me había esforzado por ir a todos los cumples y regalar algo o poner dinero para el regalo. Cuando llegó mi cumple todas vinieron a la cena de invitación, pero nadie me hizo un regalo. Nadie. Ninguna. Ni una tarjeta ni nada de nada. Yo las invité a cenar, quería estar con ellas, pero era tan joven y tan inexperta en la vida que pensaba que me darían un regalo. Una de ellas dijo en el brindis después de la cena: «guapa,no hemos tenido tiempo de coincidir y comprarte algo de regalo, pero qué mayor regalo que estar aquí y demostrarte que nos importas» y las demás asintieron. Mi cara debió ser un cuadro, sonriendo sin saber qué decir… Pero mi cerebro estaba flipando.
Por favor!!!! Eran navidades, todo abría más tiempo de lo normal, ya existían móviles para mensajearse y trabajábamos en una tienda de deportes. ¿Qué no había tiempo para un regalo? En fin…
Llamé a mi novio y a mis amigos y nos juntamos todos para tomar la primera copa. No iba a quedar con ellos esa noche, pero necesitaba sentirme querida. Parece que les molestó que les invitara a ellos también, así que luego ellas se fueron yendo y yo lo pasé genial esa noche. Seguí trabajando en esa tienda dos años más, pero no volví a quedar con ellas. Simplemente les decía «no puedo, tengo plan» cuando me invitaban y me limitaba a ser cordial en el trabajo.
No fue por el regalo. Fue el detalle. ¿No podéis juntaros a escondidas y firmar una simple tarjeta? ¿En serio?
Al día siguiente me hice un regalo a mí misma y es que NADIE TE REGALA COMO TÚ.
No siempre es amistad lo que lo parece.
Suerte y mucho ánimo.