Querida lectora y confidente, tú y yo sabemos que lo has hecho, no pasa nada por reconocerlo, si hiciesen una redada, en mi habitación encontrarían algo de este estilo y me confesaría culpable de agrandarme las bragas con las sillas con premeditación y alevosía.
PORQUE ¡HERMANA! Las bragas me aprietan el toto, la goma me hace rozadura, y si encima llevan encaje me hacen tatuajes temporales gratuitos, así que mi único recurso es que pasen la noche en la horma.
¿Y qué es la horma?
A lo largo de los siglos varios estudiosos concluyen que el objeto más utilizado es la silla de escritorio, mueble cuya función nunca jamás ha sido la de acomodarse frente a una mesa y trabajar sino acumular hordas de ropa incalculable.
Dicho esto, Godofreda de Villafranca hija de Eustaquio VI de Zamora, cuyo culamen medía como la provincia de León ida y vuelta, enfundaba en las sillas de palacio sus Pololos mesacamilla, que no daban más talla porque no había más tela para confeccionarlos.
Se sabe de esta hazaña secreta porque las doncellas que limpiaban su habitación tenían prohibido remover los pololos de los tronos sin permiso de Godofreda y alguna que otra pillina, lo contó en su lecho de muerte a modo de cotilleo de pasillo de Sálvame.
Si volvemos a nuestra era, los tronos ahora son más pequeños y los pololos menos aparatosos, pero la ropa ¡nos sigue apretando el cho…!
Además de poner las bragas en la silla, sé de buena tinta que guardas otros secretos para hacer más llevaderas tus curvas, o más bien para poder llevar tu ropa sin sufrir gangrena.
Te traigo dos ejemplos más:
- El primero, es dar un corte a tiempo.
Los leggins, medias y ciertas prendas bien prietas nos dejan sin respiración y no por su belleza extrema sino por sus tallas imposibles. Por eso a veces, solo a veces, funciona a la perfección tirar de tijera y respirar, ser libre. Que tus lorzas se fundan con la lycra hasta límites insospechados…
Si llevas pantalones esto es una cosa muy recurrida, porque aunque comience un descenso por la «gravedad» del asunto, nunca jamás las medias terminarán en el suelo gracias a que llevas pantalones encima. Otro tema es que lo hagas llevando falda.. entonces, el corte te traerá efectos secundarios… Tú misma…
- Y el segundo implica una buena tanda de deporte que oye, nunca viene mal ¿no?
Te pones en “cuclillas” y metes tus rodillas dentro de la camiseta (como en la captura). Probablemente ruedes como una croqueta o cocreta y te eches unas buenas risas, pero recuerda, TU CAMISETA SERÁ un poco más grande después de todo.
Dime si has hecho alguna de estas cosas o si tienes el invento definitivo que todas estamos deseando conocer.
Pd: Por cierto también he cortado la parte lateral de los tangas y les he añadido lazo. De ese modo son DE LA TALLA que mejor te venga. Y te preguntarás ¿Como los bikini que se atan? Pues efectivamente, es el mismo invento…