Que soy una auténtica friki de las series no es nada nuevo y que estoy suscrita a todas las plataformas tampoco. Lo cierto es que estar enganchada tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Lo peor de todo es estar esperando durante meses la nueva temporada de una serie que amas, ver la temporada en un fin de semana y quedarte con esas sensación de vacío que todas habréis sentido cuando terminó Games of Thrones.

 

Por el contrario, lo mejor de todo es andar bicheando en todas las plataformas y, sin esperarlo, encontrarte con una señora serie de los pies a la cabeza. Eso es lo que me pasó con The Marvelous Mrs. Maisel. Esta serie, producida por Amy Sherman-Palladino (la misma productora de Las Chicas Gilmore), podéis encontrarla en Amazon Prime Video. Protagonizada por Rachel Brosnahan (Rachel Posner en House of Cards) cuenta la historia de una ama de casa que a finales de los años 50 intenta convertirse en una estrella de la comedia en Nueva York.

 

¿Por qué verla?

Pues mira, primero y principal, porque cualquier serie creada y protagonizada por una mujer tiene que ser vista. Segundo, porque la calidad es sublime. Ha ganado dos Globos de Oro y ha sido nominada a otros tanto premios dentro de la escena americana.

Pero si crees que los premios no dicen nada, te traigo unas cuantas razones más:

  • La trama. Como ya he dicho la serie va principalmente de la lucha de una ama de casa por hacerse un hueco dentro del mundo del humor. Me parecen imprescindibles de este tipo. Series que muestran a mujeres en pleno proceso de empoderamiento. Mujeres que aprenden a moverse en un mundo de hombres. Y me parecen importantes porque no sólo te muestran el camino bonito, sino también lo chungo. Te muestran el fracaso que precede al éxito. Te muestran cómo una mujer sola, rodeada de machismo everywhere, es capaz de valerse por sí misma y encontrar su propio camino. 

Lo mejor, o peor según se mire, es ver que no estamos tan alejados de esa sociedad machista de los años 50. Es lo mejor porque podemos compararnos y ver reflejados en la pantalla comportamientos que no deberíamos repetir. Pero también es lo peor porque somos conscientes de que no hemos avanzado mucho en lo que a igualdad se refiere. 

  • Las interpretaciones. Es fácil hablar de la interpretación magistral de Rachel Brosnahan, la prota. Es todo frescura y naturalidad. Ya me diréis cuando la veáis, pero al menos para mí es totalmente creíble en todas sus facetas. Interpreta un personaje con mil aristas y en todas ellas la vemos espléndida.

Ahora bien, por muy magnífica que sea Rachel no podría hacer lo que hace si no estuviera arropada por todo el equipo que la rodea. Bajo mi opinión el personaje de Rose Weissman, madre de la prota, interpretado por Marin Hinkle es una pasada. Histérica e histriónica en unas escenas y totalmente comedida en otras. Me encanta ver personajes con esos cambios tan bruscos. Es difícil que no nos chirríe algo. Este no es el caso porque Marin ¡lo clava!

  • El vestuario. Si sois unas locatis de los años 50 os flipará la serie por esos modelazos que sacan. Me encanta ver cómo hablan de Channel igual que nosotros hablamos ahora de Asos. Mil veces he deseado que volviera esa moda. ¿Y qué me decís de los tocados o sombreros que llevan siempre? ¡Ojalá de nuevo eso! ¿Y los guantes? ¡Ay, madre, qué cosa más arcaica pero qué me gusta! En fin, señoras enamoradas de la moda, vean la serie porque van a flipar.

 

Podría seguir enumerando razones como la producción, la fotografía, la calidad de la imagen o del sonido (que hacen que te transportes a la época),  las ambientaciones… pero creo que os voy a desvelar más de lo necesario. Así que si confiáis en mí aunque sea una mijita (os aseguro que no me pagan por el post) ved la serie. Si no lo hacéis me partiréis el corazón.