Buenos días chicas! Siempre os leo pero nunca me había animado a escribir (típico). Hoy vengo a contar mi historia no sé si para desahogarme, buscar consejo o alguna palabra que me pueda hacer sentir mejor. Al lío.
Conocí a Carlos hace algo más de dos meses en tinder. Yo iba con actitud de folladora máxima y pasaba de todos los chicos que ponían en su descripción que buscaban algo serio. De repente apareció él, sin descripción, con solo un par de fotos, rockero, bajito, muy muy guapo y con cara de bueno.
Empecé a hablar con él sin muchas expectativas pero me fui dando cuenta de lo interesante que era y lo bien que me lo pasaba hablando con él.
A los pocos días de empezar a hablar quedamos y estuvimos horas hablando de mil temas sin parar ni un segundo la conversación. Él al principio temblaba como un flan y poco a poco se fue relajando, hasta que me besó poco antes de irnos. Me pareció un beso muy torpe pero tierno y dulce. En ese momento (dado que yo solo quería un buen empotrador), dudé de si seguir quedando con él o pasar a otra cosa, pero su buen rollo y su simpatía me hizo seguir hablando y quedando con él.
Poco a poco empezamos a quedar cada pocos días. Hacíamos planes guays, íbamos al autocine, empezamos a acostarnos, a dormir juntos y a pasar días enteros juntos.
Me sentía increíble con él, me trataba como una diosa y no paraba de repetirme lo mucho que le gustaba.
Pasé de no querer tener una relación a querer pasar todo el tiempo posible con él. Me sentía totalmente segura de que le gustaba de verdad, era esa sensación de seguridad extrema, como de sentirse en casa cuando estaba con él.
Empezamos algo serio y poco a poco fueron surgiendo los primeros te quiero, los «te acabas de ir y ya te echo de menos». Hicimos planes para un futuro próximo juntos y nunca había sentido esa sensación de seguridad como la sentía con él. Fue incluso la primera vez que sentí que estaba haciendo el amor (que no follar).
Pasamos dos meses increíbles hasta que llegó el batacazo. El domingo pasado, estando en mi apartamento pasando un fin de semana increíble, me cuenta que está muy mal de dinero, que su familia le ha dado dos semanas para irse de casa y que está desesperado porque no encuentra trabajo. (Yo sabía que su situación no era muy buena, pero no me imaginaba que llegaba hasta ese punto). Por lo que me dice que tiene una amiga en Asturias (a casi 1000 km de nuestra ciudad) que está intentando encontrarle algún trabajo allí.
Un inciso, antes de conocernos él había vivido 7 años allí con su amiga, por lo que tenía casa si finalmente tenía que mudarse.
Yo me quedé en shock porque no tenía ni la más remota idea de que había una pequeña posibilidad de que se fuera. Y ahí empezó el drama, me sentí engañada por no saber hasta qué punto llegaba su mala situación y abandonada porque se planteara irse. (Luego lo entendí todo, le mostré mi apoyo si tenía que irse pero dejé claro que no me veía capaz de llevar una relación a distancia).
Esa misma noche me confirmó la peor noticia para mí y me informó de que tendría que irse dentro de tres días.
Quedamos para hablar las cosas, intentamos buscar mil soluciones para que se quedara pero ninguna era buena para él. Así que quedamos en aprovechar el poco tiempo que nos quedaba juntos y seríamos amigos cuando se fuera.
Pasamos los mejores días de nuestra relación, con muchísimos mimos pero con una tristeza latente en el ambiente. Hasta que llegó el miércoles, el día de la despedida. Fue un drama importante, llorando, diciéndonos todo lo que nos queríamos, lo importante que nos habíamos convertido en la vida del otro, y dijimos que ojalá nos volviéramos a encontrar.
Han pasado varios días desde que se fue y estoy destrozada. Hablamos muy poco (así quedamos para que nos costara menos adaptarnos) y es todo muy frío y triste a la vez.
Le echo muchísimo de menos, y siento mucha rabia por lo injusto de la situación. Estoy muy enfadada con el mundo, y como los dos trabajamos no podríamos vernos hasta Navidad. Ahora en perspectiva me estoy dando cuenta de muchas cosas, pero la más importante es que él era más importante en mi vida de lo que pensaba antes de que se fuera.
Me surgen muchísimas ideas en la cabeza y no puedo parar de darle vueltas al tema de la relación a distancia. No es una situación en la que me gustaría verme, pero por otra parte pienso que me encantaría mantenerlo en mi vida, aunque fuera temporalmente (posiblemente un año) de esta manera.
Mi pregunta es, es posible que una relación de solo dos meses pueda aguantar un año en la distancia?
Es una idea demasiado loca o podría ser una solución?
Alguien que haya llevado una relación así podría darme algún consejo?
También me planteo que la relación fuera abierta para facilitar muchas cosas.
Muchas gracias a quien haya llegado hasta aquí, agradezco mucho cualquier palabra bonita que me podáis ofrecer. Un saludo amigas.