Estoy pasando una época muy difícil, me esta costando mucho superar esta depresión y hoy me he acordado de que este día es especial. Soy Misifú y os cuento por qué.
De la cárcel se sale del cementerio no.
Esa frase me decía continuamente mi primer ex-marido cuando decidí separarme.
Siempre recuerdo el 8 de marzo, no por ser el día de la mujer, si no por que hace 21 años mi ex-marido, un día cuando salí de trabajar, me cogió y me metió en el maletero de un coche.
Decidí separarme por que su adicción a las drogas ya no tenía solución. Fue a dos centros, uno en Barcelona y otro en Francia, siempre que volvía acababa juntándose con los mismo y se volvía a enganchar.
Yo tenía tres trabajos, pasé de irme con 6000 euros en efectivo para gastar en Mallorca así sin más un fin de semana cualquiera, (mi ex-marido tenia varias empresas) a tener tres trabajos…
Tenía un hijo que prácticamente no veía porque estaba siempre con mi madre, lo recogía por la noche me iba a casa volando porque con suerte no se me dormía en el coche y podía darle el baño. Por la mañana lo llevaba a la guardería y mi madre lo recogía por la tarde, así tooodos los días. Más de un día no podía verle porque acababa tan tarde de trabajar que ya estaba dormido.
Aquello no era la vida que deseaba para mi niño.
Un día de esos que acabé tarde de trabajar, no recogí al niño y fui a casa. Al entrar me encontré a mi marido con la aguja aun clavada en el brazo. Un tío que no sabía quien era vomitado y dormido al lado del baño, una chica tirada en el sofá con un chino de plata en las manos.
¿Si hubiera recogido a mi hijo? Me hubiera encontrado aquello en casa. Cerré la puerta y me largué.
Desde ese día empezaron las amenazas, su preferida era, de la cárcel se sale del cementerio no.
Nunca pensé sería capaz, ¿cómo aquel hombre del que fui su princesa decía eso? No recordaba que ese hombre se lo llevaron las drogas, que ya no estaba.
Todos mis jefes sabían como estaba la situación. En el restaurante, en la oficina y en la discoteca, todos estaban advertidos de que igual aparecía por allí mi marido con ganas de bronca. Sorprendentemente la gente me quería muchísimo y no me dejaban sola ni un segundo.
Me negaba a abandonar mi trabajo, ¿a santo de qué tenía que dejar de trabajar?
Una noche apareció en la discoteca dónde trabajaba, ¿por qué no dejé de trabajar en la discoteca? una por que me hacía falta el dinero y otra porque NO pensaba esconderme, NO pensaba cambiar mi vida, eso era lo que él quería. Se montó un buen jaleo en la entrada pero seguridad consiguió que se fuera.
Era coordinadora de barras, de la chicas y chicos que trabajan allí, esa noche deje las barras pero no fui a casa, estuve toda la noche arriba en oficinas, haciendo caja, inventario, preparando pedidos. Bueno lo que hacia de normal entre semana, pero al ser noche de apertura los jefes estaban allí. Uno de los jefes me comentó que debería llevar una pistola de fogueo, una especie de lanza-bengalas de lancha. Le dije que no era necesario que me acompañaran al coche y punto. Me la dio de todos modos, me la colocó en la guantera del coche, me dijo tranquila esto solo asusta nada más.
Así iban pasando todas las noches, incluso nos reíamos de la situación, en el trabajo los empezaron a llamar Los guarda espaldas de Lady Dy.
Hasta que una noche me confié y les dije que se dejaran de tonterías que no había nadie en el parking.
Mi coche estaba solo en medio del descampado. Ellos subieron al suyo, saludé y se fueron.
A tres pasos de la puerta de mi coche, no sé de dónde salió él corriendo, me lanzó a su hombro y sin saber como acabé dentro del maletero de un coche.
Pasaron unos minutos y se paró el coche, esa tía que estaba fumando un chino en mi casa aquella noche , esa fue la que abrió el maletero. Salí corriendo y él detrás de mi. No sé por qué no me alcanzó, no sé como conseguí meterme entre los campos con unos tacones de 12 cm. Simplemente me escondí, los oía discutir, sobre todo le oía a él gritar. Gritar de rabia, recriminando a esa chica por qué había abierto el maletero que ese no era el plan. No quiero pensar cual era el plan.
Creo que pasaría horas allí escondida, aunque para mi entonces me parecieran minutos, cuando intentaba salir pensaba.. espera un poquito más por si acaso.
Volví al coche, fui a casa de mis padres, no entré en detalles solo les dije que me había vuelto a amenazar y que esta vez si que lo veía en serio, que me acompañaran a poner una denuncia.
Llegué en tal estado de nervios que el policía que me recibió pensaba que me había pasado algo más grave. Cuando le dije que quería poner una denuncia por amenazas, lo único que se le ocurrió contestar fue, bahh no te preocupes que luego no hacen nada. (Será capullo!)
Pregunté si podría hablar con una agente que me sentiría más cómoda hablando con una mujer. Bajo una chica y entré sola con ella.
Le conté todo, empezando por el maletero, sus continuas visitas al trabajo para pedirme perdón yo le decía que me dejará en paz y entonces golpeaba mi coche, o me agarraba de los brazos gritándome, tú te vienes conmigo. Recuerdo una vez me cogió tan fuerte de la cara que pensaba me rompería la mandíbula, me soltó diciendo, vete que aun me vas a meter en más problemas.
Las llamadas de sus amigos advirtiendo que volviera con él que lo veían muy loco, las llamadas suyas diciéndome que iba a darse el chute del siglo a ver si se moría por que no podía vivir sin mi.
En fin, no quiero recordar tanto por que sinceramente fue un infierno.
Sabemos muy bien quien es tu marido me dijeron en comisaría, ¿estas segura de que quieres poner la denuncia? sabes como va a reaccionar y nosotros no tenemos medios para ayudarte. Si señor así me contestaron hace 21 años. Cierto es que hace 21 años las soluciones referentes a este tipo de violencia no eran tan rápidas como ahora y poco podía hacer la verdad.
Vino otra persona a la sala, me preguntó si yo sabía que mi marido había sido juzgado por el asesinato de su padre, como acusado. A mi él siempre me dijo que fue como testigo.
Me estuvieron contando cosas de él, vamos lo que necesitaba oír para calmarme. Yo acababa de salir de un maletero, de estar horas escondida entre naranjos, sin dormir, solo quería irme a casa, poner la denuncia, por que si alguna vez me pasaba algo si no volvía de trabajar, si salía a correr y no regresaba, si me retrasaba dos horas en llegar a casa que al primero que fueran a buscar fuese a él. Yo Solo quería poner la dichosa denuncia!! no que me metieran más mierda en la cabeza!!
No recuerdo quien dijo, pon la denuncia pero haz las maletas y vete que este te encuentra.
No, no me fui de mi pueblo ni mucho menos. Deje de trabajar eso sí, estuve unos meses recluida sin salir a la calle para nada, pero nada de nada de nada. Dejé mi piso de alquiler y me mudé a casa de mis padres.
Cada día que pasaba me daba más rabia, las llamadas de mis jefes, de mis compañeros lo mucho que me echaban de menos y la que estaba encerrada era yo, no él.
Hasta que un día me llamo la policía para decirme que mi marido estaba en prisión por una moto que había robado.
Ahora mientras escribo esto no sé por que la denuncia fue por amenazas y no por que intentó secuestrarme. Seguramente estaba tan acojonada que no quería cabrearlo más por si me hacia algo peor.
En su primer permiso de prisión lo primero que hizo fue venir a buscarme, lo volví a denunciar. Tuve que esperar dos años para poder pedir el divorcio, a él lo encontraron en una cárcel de Burgos, iba pasando de cárcel en cárcel y de juicio en juicio, cada vez que salía de permiso, cometía un atraco o no volvía de permiso hasta que lo pillaban otra vez. Gracias a todas esas cosas que hizo y a las denuncias que puse, en el juicio del divorcio le retiraron la patria potestad, le pusieron una orden de alejamiento hacia mi y hacia su hijo. Por fin podía llevar algo al colegio donde pudiera decir MI HIJO NO SE LO LLEVA SU PADRE BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA.
Pasaron tres años desde aquel maletero hasta que me divorcié.
Pasaron 15 años desde aquel maletero hasta que salió de prisión, como él decía de la cárcel se sale, si claro que salió. Salió en una urna de cenizas directa a una fosa porque nadie reclamo sus restos.
Si que saliste de la cárcel si, pero con los pies por delante capullo. Te suicidaste solo en una celda, con un cinturón que pediste prestado y no, no me da pena. No creo en el más allá pero ojalá me escuches, ESTOY VIVA Y TU NO!
Mi abogado me dijo que pidiera responsabilidad al estado porque hay un hijo que no tiene padre por no aplicar correctamente los protocolos de suicidio. No perdona, hay un hijo que nunca tuvo padre. No nos hizo falta su dinero vivo, menos aun nos hace falta su dinero muerto.
Así que feliz 8 de marzo Misifú fíjate todo lo que has superado en esta vida y crees que esta depresión ¿va a poder contigo? Ni lo sueñes.