Hola!! No sé en qué sección poner esto, pero como me afecta sobre todo en las amistades, lo pongo aquí.
Veréis, siempre he sido una persona muy complaciente con la gente que me importa o con la gente a la que le tengo un poquito de aprecio aunque sea. Si me piden un favor y lo puedo hacer, lo hago, ya implique andar una hora a pleno sol, levantarme a las 6 de la mañana un domingo o dejar de hacer algo que estaba haciendo. Me cuesta mucho decir que no, si no tengo un motivo de peso. Siempre estoy disponible para todos y cuando no lo estoy, doy mil alternativas. Por ejemplo, si algún amigo me dice de salir un día y no puedo, nunca digo «no puedo hoy» y fin, siempre propongo algo, porque creo que esa es una de las bases de la amistad, el interés.
Pues bien, el problema viene que los que están a mi alrededor parecen olvidar que yo también tengo vida, entonces se toman ciertas libertades y cuando me enfado, soy una exagerada. A la vista está que vivimos en una sociedad egoísta, en la que cada uno va a lo suyo. Con eso de ser complaciente, me cuesta mucho enfadarme y decir las cosas que me molestan. Tiene que molestarme mucho mucho para que diga algo (y esto pasa muy poco, porque me enfrío rápido).
A lo largo de un año, mi vaso ha rebosado con dos personas que eran importantes para mi: mi mejor amiga de la infancia y mi ex, al que he considerado mi amigo desde que lo dejamos hace tres años.
Con mi ex me ha pasado esto, y me gustaría saber vuestra opinión: él está conociendo a una chica, por lo tanto está más pendiente de ella que de los demás, que es totalmente normal. Pues el viernes hablamos y dijimos de vernos un rato y tomar unas cañas. Me dijo que había quedado con ella pero que a las 21.30 entraba ella a trabajar, así que podíamos quedar entonces. Le dije que perfecto, que me arreglaría para solo tener que ir al sitio donde quedáramos cuando me avisara. A las 21.30 le pregunté que si ya venía para el sitio, y me contesto 45 min más tarde diciéndome que no, que al final no venía. Me dejó tiradísima. Hoy hemos quedado por otro motivo y mi cara lo decía todo. Cuando le he preguntado si no iba a decirme nada de lo del viernes, me dice que él no había quedado conmigo, que yo no soy una prioridad para él y que si me voy a enfadar por ello, que ya no queda nunca más conmigo. He alucinado tanto que me he levantado y me he ido. No entiende que el problema es que me dejó un viernes tirada, y que yo podría haber hecho otro plan si me hubiera avisado con tiempo.
Al rato me ha mandado un whatsapp diciéndome que le parece alucinante que me haya llevado 20 minutos con la cara larga, que él no le habría dado importancia a lo del viernes.
Una de mis amigas nunca lo ha tragado, y siempre me ha dicho que desde el día que empezamos a salir me ha tratado mal, pero que nunca lo he querido ver. Y tiene razón en parte.
Volvemos a mi defecto de ser complaciente: como jamás me he enfadado por otras cosas, ahora no entiende que me enfade por esto (que más que enfado, es decepción). Él sabe que odio la impuntualidad, pues siempre llegaba tarde (SIEMPRE). Me arreglaba para salir, me decía que para qué me maquillaba, que estoy mejor al natural (soy maquilladora profesional, así que mal no me maquillo jaja). Le decía de vernos el único día libre que teníamos, prefería dormir o quedar con los amigos muchas veces… Así infinidad de cosas. Hemos hecho más cosas después de romper que siendo pareja. Pues no me enfadaba. Lo que hacía era hablarlo con calma, pero por lo visto no es suficiente para demostrar que algo me molestaba.
No le he contestado al whatsapp, porque diga lo que diga va a parecer que soy una víctima, y no quiero, porque no lo soy. Lo que soy es gilipollas jajajaja
Con mi mejor amiga de la infancia me ha pasado algo similar: me he callado siempre, hasta que no he podido más.
¿A alguna os pasa lo mismo? ¿Tiene arreglo esto de callarse las cosas? Porque no quiero callarme más, pero no puedo evitarlo a veces y sólo me hago daño a mi misma haciéndolo.
Con esta amiga (la que no traga a mi ex) no tengo ese problema. Puedo decirle lo que sea que no me cuesta trabajo, al igual que ella a mi. No sé por qué. No sé si es por el tipo de relación que tenemos, que es distinta a las demás.
¡¡Perdón por el tocho y gracias!!