Mi experiencia también va hacia el otro lado, tengo un familiar enfermo. Como ya han dicho otras compañeras aquí, no es nada fácil más bien al contrario. Mentalmente es agotador y como resulta difícil tomar distancia con un familiar directo es inevitable acabar involucrandose más de la cuenta. Es un error. A la larga esa persona no se siente mejor por el ánimo y buenos propósitos, tú en cambio vas perdiendo energía hasta que no te queda nada. Por mucho que quieras ayudarle, no está en tu mano. Así funciona la depresión. Cuánto más hagas por ayudar a esa persona peor estará. Si no pone de su parte sólo queda confiar en que la química haga su trabajo. De todo dos modos es transitorio, cuando se vuelva a desajustar la química vuelta al pozo. Y este proceso es duro. Necesitas momentos para desintoxicarte y encontrar de nuevo tú energía. Si hay algo que me ha enseñado esta enfermedad es que vuelve tremendamente egoístas a muchos de los que la sufren. Todo comienza a girar en torno a ellos y sus síntomas. Algunos se vuelven tiranos. Es un efecto de su depresión supongo pero es una enfermedad muy difícil que desgasta tanto a quien la sufre como al entorno.