Ni egoista ni leches. Y de ilusión no se vive. Que parece que todas os habéis caído de un guindo.

Mi marido y yo somos autónomos, hemos pasado rachas buenas y malas y lo que es de uno es de los dos, pero siempre siendo conscientes de lo que hay. Nos hemos casado cuando hemos podido y con la casa igual. Y estamos pensando en niños, pero sabiendo que ahora no es buen momento y que toca esperar.

Con esto quiero decir que es normal que Anne se preocupe al ver a su pareja tan tranquilo y si él lo está pasando mal que lo diga, que no somos adivinas. Ya está bien de excusar a los hombres porque los pobrecitos no muestran sus sentimientos.

Y, ojo, a las que la llamais egoista porque está pensando en la boda. Fue él quien se lo pidió.

La verdad, será que últimamente he estado pelada de dinero o que lo veo todo de otra manera.

En febrero de 2020 me viene a vivir con mi pareja a su ciudad porque en teoría iba a tener más posibilidades de poder trabajar y estudiar, un mes después empezó la pandemia y nos quedamos con una mano delante y otra detrás hasta Junio, por suerte me salió trabajo desde casa y pudimos remontar, él estuvo trabajando pero apenas fue un par de meses y el resto seguimos con mi trabajo. A principios de este año me echaron y pasamos de tener una situación económica muy decente a apenas sobrevivir con 700€ entre los dos ya que no nos salía nada. Ahora él tiene trabajo y yo estoy estudiando y buscando trabajo sin cobrar porque se me ha acabado la ayuda

Si algo me ha enseñado la pandemia (y lo que he visto en mis padres) es que el dinero viene y va y que tener una relación sentimental con otra persona es formar un equipo y si uno no puede porque por más que lo intenta no sale, la otra persona tira del carro, te guarda las espaldas y te apoya. Si no sería absurdo.

Hemos hablado de casarnos y de tener hijos y sinceramente, el dinero es importante pero no todo, la vida cambia y no te das ni cuenta, mi madre pasó de estar bien economícamente a ser madre soltera con una cría de 3 años y tiró para adelante con su esfuerzo y ayuda de mi padre y la familia, claro. Pero se vio sola prácticamente de la noche a la mañana y hubo algunas rachas donde apenas teníamos para comer pero oye, aquí estamos.

Pienso que no deberías agobiarte tanto, te lo dice una qué lo hizo y acabó con ansiedad. Al final aprendes a vivir al día, a ser una administradora genial y con cabeza y a agarrar al toro por los cuernos y seguir adelante.

Respira, piensa que es algo pasajero y sigue apostando por lo que quieres si crees que merece la pena.