Veréis chicas, por desgracia hace algunos meses mi padre sufrió un ictus bastante jodido. Tenía la tensión muy alta, a pesar de que siempre se ha cuidado mucho siendo un hombre muy deportista, y un mal domingo nos avisaron de que se lo habían encontrado tirado en el jardín de su casa.
Por suerte, y a pesar de la gravedad de lo que le sucedió, salió adelante y aunque tiene todavía mucha recuperación y rehabilitación por delante, está con nosotros que es lo importante.
Os cuento esto por lo que me sucedió ayer mismo, un claro ejemplo de que la gente no tiene ni puta idea de lo que dicen, hablan por hablar basándose no sé, a lo mejor en las mierdas que escuchan por ahí. La cuestión fue que mientras iba de camino al trabajo escuché que alguien me llamaba por mi nombre, giré y vi detrás de mí a un chico que recordaba porque hace ya muchos años había trabajado con mi padre. Me acerqué a él y rápidamente me preguntó por mi padre.
Me comentó, pues lo típico, que su madre se lo había contado y que se había quedado alucinado, que le daba mucha pena pero que se alegraba de saber que estaba mejor. Unos minutos después vi como se echaba a llorar, ‘joer, qué majo, pobre, realmente aprecia a mi padre’, fue lo que pensé al verlo. De hecho le hice saber que le haría llegar sus palabras a mi padre y después me disculpé ya que debía seguir mi camino al trabajo para no llegar tarde.
Fue entonces cuando él me pidió perdón por entretenerme y para terminar la conversación decidió añadir:
‘Hay que cuidarse, tu padre mira lo bien que estaba y aun así lo que le ha pasado, imagínate tú tal y como estás, es que cualquier día te da lo mismo o algo peor. Tienes que cuidarte, mi madre me ha dicho que tienes una hija, si no lo haces por ti hazlo por ella, no puedes estar así porque no llegas ni a la edad de tu padre…’
Sé que siguió hablando, pero le pedí que parase y le recordé que tenía que irme a trabajar. Entonces sí, le dije adiós y me puse a pensar en todas las barbaridades que acababa de escuchar y a las que no había sabido reaccionar al cogerme completamente desprevenida.
Es decir, sabes que mi padre acaba de sufrir un ictus muy grave, que está aprendiendo de nuevo a hacerlo todo en la vida, ¿y lo único que se te ocurre es decirme que yo no voy a llegar a su edad porque estoy gorda y me va a dar algo? ¿tú, persona random con la que no hablaba desde hace por lo menos 20 años? Es increíble.
No sé de dónde saca la gente un papo tan enorme, la valentía para dar consejos y recomendaciones gratuitas sin tener ni puta idea, ¡que me estás diciendo que me voy a morir, así, por las buenas! Y se quedan tan anchos, sintiéndose orgullosísimos porque han hecho la buena obra del día: recordarle a una gorda que tiene que adelgazar.
Y lo peor de todo esto no es solo vivir ese momento de esa forma tan gratuita, sino que después, al contárselo a la gente de mi entorno algunos apoyasen el comentario justificándolo con que quizás me pudo sorprender que viniera de alguien desconocido pero que razón no le falta. ¿Perdonen? ¿Es que estamos todos locos?
Por favor, peña, dejemos de opinar de los cuerpos ajenos y dejaros las consultas médicas ambulantes para otras ocasiones, que nos tenéis muy hartitas ya.