Yo lo contaría con naturalidad, dejándolo caer en la conversación. Es decir, no lo ocultaría. Pero creo que si se lo cuentas en plan “oye, tengo que decirte una cosa: soy gitana” es darle más importancia de la que tiene. No es algo malo.
Y si ya no quiere seguir conociéndote por eso, pues de esa que te has librado (y mejor cuánto antes).