¡Hola!
Comparto a continuación una experiencia personal. Espero que ayuda a chicas que se sienten mal consigo mismas por las opiniones de los demás y hago un llamamiento sobre las opiniones que expresamos y lo que decimos delante de los niños.
Tuve la desgracia de nacer el mismo año que mis 3 primos. Ellos han sido siempre muy inquietos, casi rozando la hiperactividad, muy de merendar nocilla y desayunar galletas tostarrica.
En mi casa siempre se comía mucho más sano, pero yo siempre he sido muy tranquilita. Disfrutaba jugando al escondite con amigos algunas veces, pero lo mío era leer cuentos, pintar, jugar con los pin y pon y ver pelis.
En consecuencia, mis primos siempre han sido muy delgados y yo siempre he estado más rellenita. Digo más rellenita que ellos, no gorda. Ahora me he dado cuenta porque estoy revisando fotos de la infancia.
Resulta que cuando era pequeña, mis tíos decían delante mío que yo estaba gorda y que era rara. Me comparaban con sus hijos y decían esto todo el tiempo, se le decían a mi madre también.
Yo era pequeña, pero me enteraba de todo, y crecí con un complejo terrible desde que tengo memoria. Me veía obesa y creí de verdad que no iba a poder hacer más que la amiga que tenía en el colegio porque era rara, porque no era como mis primos. Pasé mucha ansiedad cuando terminó el instituto y me tuve que despegar mi amiga porque me hicieron creen que no podría interactuar con nadie más, de rara que era. También pensaba que estaría siempre sola por gorda.
Cuál fue mi sorpresa en la nueva andadura de mi vida cuando me di cuenta que, no solo no tenía dificultad para hacer amigos, sino que me valoraban y apreciaban tal cual yo era. Siendo diferentes, nunca me sentí rara entre ellos y tengo éxito con los hombres aunque sigo sin tener un cuerpo normativo. Y viendo fotos me doy cuenta que nunca he estado tan gorda. Nunca.
Escribo esto porque me he dado cuenta que a veces tejemos una imagen sobre nosotras mismas en base a la opinión de personas tóxicas, que no saben lo que dicen, o cuya mente es de una simpleza tal, que no dan para más… A mi estas personas de mi familia me han condicionado durante años, y no sabéis lo equivocados que estaban sobre mi.
Por otro lado, aprovecho para recordar que los niños, aunque sean pequeños, no son tontos. Captan cuando se les critica, y el apelativo «raro» duele muchísimo. Por favor, abstengámonos de criticar niños y de prestar oídos a opiniones que nadie ha pedido sobre nosotras mismas.
Gracias por leerme.