Buenos días chicas.
Hace un tiempo escribí sobre lo que me estaba pasando en la autoescuela, concretamente con el profesor con el que hago mis prácticas, y aquí vengo a contaros lo que sucedió después.
Pincha aquí si quieres leer la primera parte.
Tras hablarlo con varias personas, incluidas vosotras, entendí que la culpa no estaba siendo mía, sino que el problema realmente estaba en el profesor. Os preguntareis por qué tarde tanto en entenderlo, por qué necesite que otras personas me dijeran que su comportamiento estaba mal… Yo también me pregunto por qué llegué a planteármelo, pero es que una tiene un padre que siempre la culpaba, ninguneaba e incluso insultaba (entre otras cosas) y supongo que a veces, cuando una se siente vulnerable, recae en viejas inseguridades.
Pues bien, aunque cada día trabajo mi autoestima y seguridad, digamos que al volante no puedo evitar sentirme vulnerable, así que en ocasiones regresaban ciertos fantasmas que me preguntaban si no sería yo quien realmente no me dejaba enseñar o si no sería yo que creía saber más que el propio profesor (vamos, típica frase de mi padre).
Finalmente tuve que quedarme en la misma autoescuela (tristemente el tema económico no estaba para echar cohetes, así que preferí intentarlo a tener que esperar meses a poder pagarme el cambio de expediente). Pensé que quedando tan poco tal vez tenía suerte y aprobaba a la primera. Lo que si cambié es mi actitud, intentaba limitarme a dar las clases sin entrar al trapo de temas ajenos. Y realmente la suya también se suavizó, así que las clases se volvieron menos pesadas.
Pero cuando llegó el examen ni siquiera logré salir del parking (si, hasta ese punto explotaron mis nervios ese día) así que obviamente suspendí. Fue una falta de lo más absurda, además de leve, pero al quedarme tan bloqueada el profesor tuvo que interceder. Pero bueno, después de un par de lloros y prácticamente dos semanas de descanso mental hoy tuve mi primera práctica post-suspenso. ¿Y qué me encontré? La guinda del pastel. Os pongo en contexto.
Iba nerviosa por conducir después de tantos días pero también por lo que me pudiera decir sobre cómo me lucí en el susodicho examen. Sin embargo la cosa va marchando medianamente bien. Tengo que seguir recto pero ya no me da tiempo a cambiarme de carril con seguridad así que debo girar a la derecha, así que cambiamos de ruta. Por lo demás sin incidencias.
Llegamos a una calle de doble sentido. Realmente admito que no sé si es de 50 o 30 pero como novata tiro a lo bajo, así que sigo a 30 km/h (tampoco me ha dicho nunca nada, así que supongo que mal no lo estaré haciendo).
Poco más adelante veo que el coche que viene en dirección contraria se ha detenido y su conductor abre la puerta para bajarse del vehículo. Conforme me acerco más veo que entre los dos carriles hay un gato tumbado ( y entiendo que el conductor había parado para socorrerlo). Yo, con miedo a pasarle encima al gato ( y más adrede, sin siquiera saber si todavía está con vida ) intento pegarme al máximo al bordillo. Y ATENCIÓN, sé que todavía no soy una conductora experta (más bien todavía ni siquiera soy una conductora) y que el profesor obviamente sabe muchísimo más que yo, pero iba atenta al bordillo. Y obviamente no iba a dar un volantazo ni nada que supusiera mayor riesgo que, a una mala, acabar comiéndome el bordillo.
Rápidamente el profesor me coge el volante, quejándose por qué no quito las manos en el mismo instante y me suelta que su preocupación no está en el gato si no en que no le reviente la rueda a su coche. Insistiendo en si no me había dado cuenta de que iba a reventarle la rueda contra el bordillo. Primero, como dije, en ese momento actuaba intentando controlar la situación, en ningún momento di un volantazo ni pretendía darlo y segundo, a una mala digo yo que si me comía el bordillo la rueda se subiría pero no se rompería. Perdonar mi ignorancia si no es así, desde luego no pretendo romperle el coche a nadie pero no sé, si ves la situación parame antes o al menos indícame que hacer. O mismamente indicarme si hay espacio suficiente para pasar sin pisarlo pero NO pretendas que pase sobre un animal que podría estar todavía vivo si se puede evitar.
Ha seguido “jurando” sobre su profesión, quejándose de que no se puede descuidar ni un minuto y que fíjate que suerte que justo hubiera un gato muerto (como si el gato hubiera decidido morir ahí porque sí, porque le apetecía joderle un rato). De todas formas me disculpo al instante por no haber reaccionado rápido soltando el volante y básicamente me suelta que lo siento no, que lo que tengo que hacer es soltar el volante.
A partir de ahí ya me quedé tensa, cosa que me nota bastante pues me salen las cosas peor. Como siempre siento que me habla como si fuera corta o algo. Tipo insinuando que para llevar tantas clases ya no debería sujetarme tanto al volante por miedo (normalmente ya no lo hacía, pero ya os podéis imaginar lo tensa que iba). O me dice cómo hacer algo, lo intento pero no me sale, pues ya es porque no pongo de mi parte, porque no obedezco sus instrucciones o cualquier cosa. Y enserio, os juro que siempre intento seguir al pie de la letra sus instrucciones.
En fin. Realmente no sé si es así con el resto de alumnos, si por lo que sea no le soy de agrado o qué, pero realmente no entiendo cómo lleva tantísimos años dando clases. Desde luego en lo que me presente pienso ir a la autoescuela a hablar directamente con el propio dueño. Sé que tal vez no sirva demasiado pero bueno, tampoco sé que más hacer. Y si me toca renovar papeles en esta autoescuela no será, porque si no lo hago antes es solo porque el examen es en menos de una semana ( y tengo dos clases más y examen ya pagados).
Desde el primer momento quise evitar problemas pero tonta he sido al darle un nuevo voto de confianza en vez de cambiarme inmediatamente. Está siendo una experiencia horrible y veremos cuanto tardo en sacármelo después de esto.
Posdata: siento que sea tan largo pero me parece curioso este dato y me gustaría compartirlo con vosotras. Poco después de empezar a dar clases le comenté que mi hermana se había sacado el carné con él (quien por cierto también me contó después de empezar que tampoco le gustó como profesor y que también tuvo que pararle los pies. Y que a día de hoy se arrepiente de no haberle plantado una reclamación). Dijo no recordar a alguien con su nombre (eso que nuestros nombres no son precisamente comunes, aunque entiendo que no se acuerde porque fue hace tiempo y tiene a más de un alumnos) y me dice que para el año que se lo sacó él no estaba trabajando en la autoescuela.
Hoy la secretaria mencionó casi los mismo años que tengo yo de vida dando clases y mi hermana después de verlo está segura de que si es el mismo. Es más, por cosas personales que me ha ido contando mientras hacemos las clases encaja a la perfección que así sea. Y cuando fui a matricularme nada más poner mis datos en el ordenador la secretaria ya supo que mi hermana se sacó el carné allí así que pongo en duda que no lo supiera. Pero ¿a qué fin mentir en algo tan absurdo?
Esto más surrealista no podría ser.