Siempre me he llevado muy bien con mi suegra aunque se que en el fondo es una señora con una gordofobia encubierta muy fuerte. Nunca me corto un pelo y siempre que hace algún comentario tipo »que pena de chica con lo mona que es y tan gordita» o así mi respuesta es decirle que los kilos no tienen porque ser un inconveniente para la belleza, como si dijera »con lo mona que es y la pobre es rubia». No tiene sentido.
Ella siempre se ríe y dice que soy toda humor pero claro esto fue hasta que su hijo y yo decidimos casarnos. La fecha es en marzo del 2021 y ya he empezado a mirar vestidos. Fuimos mi madre, ella, mis hermanas y yo y lo cierto es que los modelos que más me gustan me sentarían mucho mejor si bajase un poco de peso. No es que quiera adelgazar para verme más guapa en mi boda sino que si quiero llevar un vestido en concreto sé que estaré más cómoda con 10 kilos menos. Me he puesto a dieta, llevo dos semanas y me está costando un mundo.
El otro día estábamos en casa de mis suegros y me metí un trozo de pan en la boca. Mi suegra me vio y como medio en broma empezó a decirme que con esa fuerza de voluntad que tengo es lógico que no baje nunca. Entonces me soltó la bomba, me ha dicho que si para marzo no he bajado los 10 kilos ella se niega a venir a mi boda. Imaginé que lo decía en plan cachondeo pero me ha repetido mil veces que no. Que somos muy amigas pero que tengo que ser consecuente con mis decisiones, y que se lo demuestre de esa manera. Adelgazando y entrando en el vestido de mis sueños. Si no lo consigo o si me planto antes de la boda ella estará muy decepcionada conmigo y que no contemos con ella ese día.
Debería darme igual lo que mi suegra opine de todo esto pero ahora tengo mucha presión porque mi novio se ha mosqueado conmigo porque dice que conociendo a su madre no sabe como se me ocurre decirle que quiero adelgazar que ella lleva años queriendo que yo baje de peso y se lo he puesto en bandeja para que me martirice.
Que hago chicas????!!!