Hace dos años que terminé de estudiar. Ahí tenía unas amigas con las que me veía una vez cada mes. Pensé que todo sería igual ahora que la universidad había terminado pero en nuestras reuniones todo era diferente, ellas hablaban la mayor parte del tiempo y cuando me quería incorporar a su conversación ellas me quitaban la palabra. Soy muy tímida, por lo tanto eso me hacía cohibirme aún más.
En todas nuestras reuniones me dejaban en claro que recordaban la fecha de mi cumpleaños, pero nunca me escribieron o llamaron para felicitarme.
Una de nuestro grupo se fue a estudiar fuera del país, me dijeron que iban a hacerle una fiesta de bienvenida y que me iban a avisar cuando iba a ser para que fuera a divertirme con ellas. A día de hoy sigo esperando su confirmación.
Mi abuelo falleció, me topé con una de ellas en la iglesia y solo me sonrió antes de irse, ni un abrazo, ninguna palabra de aliento, ni un “lo siento”. Cabe destacar que llevaba su urna en brazos y obviamente estaba llorando a mares.
Un día me llamaron y me invitaron a cenar, me dijeron que invitaron a todos los de nuestra generación pero como nadie pudo ir pensaron en mí. Me sentí muy mal. Si éramos amigas, ¿por qué soy su última opción?
Eliminé sus números, no quería saber nada de ellas.
Debo admitir que me sentí muy bien después de eso.
Sin embargo hace unos días decidí entrar a mi cuenta de Facebook (no la usaba desde que salí de la uni) ahí tenía muchos mensajes de ellas preguntando por mi número. Los leí pero no los respondí, borré mi cuenta y me deshice del único medio por el que podía contactarlas.
Creo que fueron ellas las que me hirieron al hacerme sentir menos y aislarme de su grupo, ¿pero y si el verdadero villano soy yo por ignorarlas?
No lo sé.
Me siento bien por esa decisión, soy más segura desde que me alejé de ellas, he crecido mucho fuera de su sombra. ¿Pero y si estoy siendo una mala persona?
¿Estoy siendo infantil? ¿Mi comportamiento es justificado?