Lo primero que voy a hacer es pediros perdón, porque creo que esto va a ser largo, pero como quiero que me deis vuestra opinión sincera quiero que tengáis todos los datos necesarios.
Quiero a mi novio, lo quiero muchísimo, me encanta la rutina que tengo con él, la historia que tenemos juntos, nuestro pasado, nuestra vida.
He conocido a un chico, en el trabajo, de primeras no me pareció ni siquiera atractivo, pero tenemos un humor TAN parecido que las horas a su lado se me pasan volando. Jamás lo había visto como ‘algo más’, de hecho es que jamás lo había visto como nada, lo conozco desde septiembre y simplemente era el chico majo que ha entrado nuevo.
Con mi novio llevo cuatro años, viviendo juntos uno. Estamos en una etapa ‘floja’, no sé si nos hemos descuidado o acostumbrado, pero casi no tenemos relaciones sexuales, no hacemos ‘nada nuevo’ y tenemos una rutina muy bonita, pero rutina al fin y al cabo. Desayuno, comida, cena, netflix y cena con los amigos el sábado. Para mí era y es mucho más que suficiente, es una parte más de mí.
¿Qué ha pasado? Pues que hemos tenido un viaje en la empresa y nos hemos ido un fin de semana entero al País Vasco, nos hemos ido cuatro compañeros y creo que de verdad de corazón que ha sido uno de los mejores fines de semana de mi vida. Conectamos, los cuatro, nos hemos reído, nos hemos emborrachado, hemos currado INCREÍBLE, hemos mejorado con creces las expectativas de nuestros jefes y no sé, ha sido todo perfecto. Como un paréntesis en medio de mi vida, he sido feliz, MUY feliz.
Además de todo eso, estaba él. Cuando los otros dos se iban a dormir nos quedábamos los dos hablando en el salón hasta las seis de la mañana, la conversación no terminaba, los ataques de risa no terminaban, la complicidad estaba ahí y la intimidad era innegable. No hicimos ‘nada’, ni besos, ni tocamientos extraños, ni nada. Solo era hablar… pero cómo me hacía sentir. Es que no sé explicarlo, increíble de verdad.
Bien, antes de que acabara, en el tren de vuelta me ‘deprimí’, me puse triste, no quería volver a casa, no quería que terminara el finde, no quería volver a mi vida.
Llegué a casa y me estaba esperando mi novio con la cena lista, el netflix preparado, una botella de vino y una sonrisa increíble. ¿Sabéis qué es sentirse como una basura andante? Pues tal cual.
Cenamos y cuando empezó a hacerme cosquillitas en el pelo, me sentí fatal, no pude más, empecé a llorar y le conté todo. Que sentía algo por este chico, que no sabía qué me estaba pasando, que no podía más y que no sabía dónde meterme porque le quiero de verdad y que lo último que quiero es hacerle daño.
¿Su reacción? Decirme que me calme, que me relaje, que no puedo estar mal por sentir, que los sentimientos no se controlan y que gracias por compartirme, por confiar en él, por darle la oportunidad de tener una buena comunicación.
Ahí ya me sentí como una basura incendiada en un contenedor, de verdad que es un chico increíble, es que es un 10.
Hoy hemos vuelto a hablar, hemos llorado los dos. Me ha preguntado si quiero abrir la relación, si él puede hacer algo, si tenemos que replantearnos el ‘no estar cuidándonos lo suficiente’, que igual tenemos que ponernos las pilas y luchar por nosotros.
Le he dicho que sí, que teníamos ‘carencias’ y que nos habíamos relajado, que tenemos que intentarlo, que tenemos que lucharlo, que le quiero y que lo siento.
El caso es que ahora con la perspectiva, no sé si la he liado diciéndole todo esto, si fui muy impulsiva, si ahora no la he liado por sincericida. Pienso que el finde ya ha pasado, que no ha sido para tanto, que prácticamente no conozco a mi compañero de curro.
Y aquí viene la parte fea: echo de menos el fin de semana al mismo tiempo, volvería con los ojos cerrados, pienso en que mañana cuando me despierte iré a la oficina y le veré y me recorrerá un calambre el cuerpo y…y no sé dónde meterme y cómo gestionarme, me siento fatal y no puedo más.
Por favor, ayuda.