Me paso por aquí porque todavía me acuerdo del dolor que pasé a partir de aquel día y hoy es uno de esos días en los que te castigas a ti misma con los malos recuerdos.
Hace un par de años tuve un aborto con un hombre muy complicado a mi lado. Me acuerdo perfectamente del día que me salieron aquellos coágulos que no le había dado demasidada importancia pese al retraso de la regla, porque doña Tomasa venía y desaparecía cuando le daba real gana.
Sangraba y sangraba durante un mes entero y a veces echaba algún coágulo pero sin más. Pero llegó el día que me puse horrible, la regla olía a podrido, tenía fiebre, dolor de barriga, náuseas… Así que me acerqué al médico, comenté mi situación, y muy majos y muy atentos me llevaron a hacerme una ecografía (creo que se lo esperaban más que yo). Me dieron la noticia, que tenía restos de un aborto y que se me había encerrado el endometrio, en fin, ya ni me acuerdo lo que tal me dijeron de lo impactada que estaba. El resultado fue que me tenían que hacer un legrado de urgencia así que a la mañana siguiente, porque esa tarde no tenía con quien dejar al pequeño, entré al hospital para que me sacasen esos restos. Estuve día y medio ingresada, la mayor parte del tiempo sola y sintiéndome muy sola.
Él, vino de noche cuando me operaron, muy bueno en el hospital, muy amable, muy noble en aquel momento.
Durmió conmigo y a la mañana siguiente cogió al niño que había dormido con mi madre esa noche porque coincidió en un virus típico de bebés en la guarde y no podía ir a clase. Me recogieron, salí llorando de aquel hospital, tan rápido sucedió todo que casi no podía creerlo.
Llegamos a casa, yo casi recién despierta de una anestesia completa y una operación que no desgasta tanto físicamente pero si psicológicamente, me acuerdo estar agotada, meándome todo el rato y con retortijones, pero qué creéis que hizo?
Llegó a casa, se sentó en su butaca y dejó de hablarme y de cuidar al niño. Así que creo que aquel día empecé a creer que la maternidad es de otro planeta, yo no sé ni cómo hice para aguantar un bebé despierto toda la noche por la fiebre recién operada, cómo hice para cogerlo, cambiarlo, bañarlo…sola. Y me daba tanta vergüenza contarle a mi madre que no me atreví a llamarla para que me ayudase. Cuando lograba descansar ya estaba tan agotada y no podía hacer más esfuerzo que le pedía que me hiciese algo de comer, pero claro, como me iba a hacer de comer? Que me levantase yo que no trabajaba. Cuando él tenía hambre que le hiciese, que no estaba tan mala. Pero no podía, de verdad que no podía. Así que o pasaba hambre a posta o se hacía para él, se sentaba en frente donde yo estaba y empezaba a comer, le pedía que me diese y me respondía que no, que solo era para los que trabajaban. Así que me pase la primera semana comiendo cosas frías de la nevera o potitos de poner al microondas de 30 segundos para no agotarme más de loque podía estar sin descansar,sin comer y deprimida. Un día le dije a mi mamá que si me hacía una tortilla, que tenía mucho antojo y me la trajo, comí un trozo pero el resto cuando me despiste se la había tragado entera él ya.
Y lo peor de todo? Que ni siquiera pasaba solo en estos instantes, tuve que ir a casa de mi madre a escondidas a por comida porque el no me dejaba comer comida que «yo no pagaba».
Terrible fue cuando acabó todo esto, me puse mejor y empezó a echar la culpa a las situaciones de que estaba triste por mi aborto.
Un hijo de puta con el que voy a lidiar mínimo 15 años más