Yo pienso parecido a ti, sin embargo por ciscunstancias de la vida, vivo en un sitio donde se le da más importancia a «la sangre de mi sangre» de lo que debería.
Para mi un niño merece el mismo amor lo haya parido yo o venga de donde sea (incluso del propio país, que cuando hablamos de adopción parece que hablamos de China/áfrica…) pero en la familia de mi marido no tienen esa idea.
Tanto es así que su hermana, pese a tener problemas los dos para concebir ( posibilidad de enfermedades en los genes por parte de ambos y de enfermedades muy jodidas) y a que a ella le pareciese una tortura, han pasado 6 veces for IVF (gastándose una pasta en camino) solo porque ellos querían estar embarazados y que la niña saliese de ella y fuese de la sangre de él (usaron un óvulo donado y ahora cuando alguien saca parecido a la niña a ella se le parte el alma, porque dice que ella no es realmente de ella).
No lo pondría tan en el extremo como con los perros, pero si que me parece que se debería fomentar más la adopción y se deberían agilizar los trámites para evitar a niños que se quedan en el sistema y para que las parejas lo viesen como una opción factible.