Hola a tod@s! La verdad es que he leído muchas historias en este foro y nunca me he animado a contar la mía por miedo a opiniones porque yo misma me juzgo demasiado y más últimamente… Pero estoy pasando un mal momento y me animo a contarlo, por si contarlo y escuchar opiniones me ayuda a mejorar un poquito o a ver las cosas más claras y salir un poquito del bucle en el que estoy.
Hace tres años conocí a un chico un verano, él vino a mi ciudad por un par de meses y aunque yo no esperaba nada porque tampoco estaba en mi mejor momento en esa época, pasamos casi dos meses juntos muy intensos, me ayudo a estar mejor y me enamoré de él, o así lo veo yo al menos. Él se tenía que ir de vuelta al país al que estaba estudiando por lo que yo tenía claro desde un principio que eso no iba a nada y es por ello que siempre me he planteado si realmente me enamoré de él por esa razón, porque no iba a ser. Nunca he tenido pareja y siempre me he fijado en chicos con los que era más o menos difícil que llegase a más. Él caso es que él se fue, a pesar de todo, yo sentí que estaba enamorada de él. Yo iba a pedir una beca a un país cerquita del que él estudiaba por lo que quedamos en que una vez me dijeran o no si me la concedían hablaríamos de como volver a vernos.
Como imaginareis, era mentira. Él se fue y poco a poco dejo de hablarme, nunca cerrando las cosas y siempre dejando una puerta abierta de que él volvería a Europa. El caso es que yo me quedé en el limbo, por mi falta de autoestima o apego, sin avanzar mucho en mis relaciones sentimentales. Imagino que tenía y tengo muchas cosas por solucionar.
A finales de ese año, sí, él volvió a aparecer, yo ayudé un poco porque aún me acordaba de él, y me dijo que volvía a Europa y que estaríamos lo suficientemente cerca para volver a vernos. A una semana de eso, desapareció. Yo me enteré que había otra (no exactamente la misma que aparecerá a posterior) e intenté calmarme y ver las cosas con perspectiva, ya que él y yo no teníamos nada, había pasado mucho tiempo y cada uno era libre de seguir su vida, aunque para mí fuera más difícil.
Él volvió a Europa como dijo y aunque en un principió me ignoró, no acababa de desaparecer del todo. Yo pensaba que había vuelto solo, pero Facebook me desveló, como gran detective, lo sé fallo mío, que había venido con otra, no con la misma que yo pensaba que estaba (es un resumen, pero entender que yo necesitaba respuestas, soy consciente que no era sano, por ello escribo…) En cuanto vi eso y obtuve la respuesta final que yo necesitaba, desaparecí, pero él no. Y sin decirme en ningún momento que había otra seguía intentando mantenerme ahí. El caso es que yo decidí arrancar con mi vida e irme a otra ciudad a estudiar un máster, se lo dije, pidiéndoles que no pasaba nada y que fuese claro conmigo: ahí me dijo “ la verdad es que estoy con alguien pero me gustaría que fuésemos muy buenos amigos”. Le dije que no, y que si me hubiese valorado algo me lo hubiese dicho antes, ya que sabía que yo aún sentía algo por él.
Después de esto nos distanciamos, le borré de todos lados. Pero volvía aparecer, y yo le dejaba. Y le volvía a borrar y volvía a aparecer. Yo era feliz en mi nueva ciudad, pero aún sentía mi autoestima muy bajita, no lo achaco a él, sino a mi misma y a cosas sin solucionar. La cosa no acabó ahí: él se casó. A eso de un mes volvió a aparecer y volvió a agregarme a todos sitios. Tres meses después empezó a darle a me gusta a alguna publicación mía y le dije que no hiciera eso, que si no le quitaría como antes; yo estaba dolida pero aún me negaba a soltar o dejar ir del todo esa no-relación, me dolía pensar en no volver a saber de él. Me dijo que aún me quería y que lo haría siempre. No hablamos más de ese tema, pero alguna vez nos escribíamos, nada importante, cosas sin importancia, lo prometo. Ese año yo volví a mi ciudad de origen y él, casualidad, tubo que venir a una conferencia. Me dijo de vernos y tomar un café y así lo hicimos: pasamos la tarde en una playa como hicimos el poco tiempo que estuvimos. Allí me dijo que su matrimonio había fracasado. La razón, como yo ya imaginaba: que le encantan las mujeres. Y aquí volví a liarla, porque no sé como yo habiendo mejorado y sintiéndome más segura, pude volver a querer algo con él. Estuvimos juntos esa semana y él se volvió a ir.
Durante un mes estuvimos hablando, me llamaba, mostraba interés, no discutíamos y me dijo que fuera visitarle. Yo le dije que no creía que fuera buena idea porque no queríamos lo mismo y así me lo confirmo: no quería una relación monógama estable con nadie, pero no quería decirme adiós. Emocionada por verle y viajar y vivir esa experiencia, le visité: no fue una semana maravillosa, a ratos sí a ratos no. Sé que él me dejó las cosas claras y yo me negaba a verlo o me creía más fuerte que eso o puede ser que solo creía que cambiaría.
Después de ese viaje, volví a mi ciudad y la relación fue empeorando: quedamos en volver a vernos y nunca llegaba. Él decía que quería volver a verme, pero yo no confiaba en sus palabras y cambiaba de opinión constantemente sobre el viaje. En el mientras, el fiel a lo que me dijo, seguía conociendo a chicas (igual es un a tonteria, pero agregaba a 10-20 chicas al día al Facebook y sigue así). Discutíamos, o más bien yo sola discutía o expresaba mis opiniones porque él jamás me contestaba, muy poquitas veces; o incluso me decía que estaba harto de mis cambios de humor; no mostraba ningún interés en lo que yo sentía. Ahora que lo escribo lo veo más claro aún. En definitiva, era el cuento de nunca acabar, proponíamos un viaje, yo sentía que no había interés, y lo cancelaba y acto seguido se planteaba otro que nunca llegaba. Así hasta que llegó el último antes del COVID, en este estallé y le dije como me sentía: le pregunté si ya había alguien, no hubo respuesta, como siempre, y le dije que me alegraba en haberle ayudado en su pequeño bache tras la ruptura con su mujer, que no divorcio, aún seguían casado, ahora no lo sé, no he preguntado. Su respuesta fue llamarme melodramática. Llegó el COVID y dejamos de hablar.
Tras el COVID, vuelta la burra al trigo; vuelta a plantear un viaje. Tras otro tanto de lo mismo, y sin tener claro donde iba ni que me iba a encontrar, volví a visitarle, yo, está claro que él no tenía el mismo interés que yo, nunca movió mucho. Antes de ir le volví a preguntar si había alguien, no quería ir si lo había, no quería ir ciega. Imaginaba que tendría sus líos, pero no quería hacer daño a una tercera persona o hacerme daño a mi misma. Al principio no me contestó, interpreté la respuesta, pero finalmente me dijo que no. Fui.
Desde el tercer día que estuve ahí me dijo que nosotros solo éramos amigos que se conocían desde hace mucho tiempo, pero no me trataba así. Fue una semana bonita, con sus más y sus menos; no discutimos, estuvimos tranquilos. La pega: yo vi cosas en la casa que me hicieron dudar. Sé que puede hacer lo que quiera, pero yo no quería sufrir y si habría alguien me hubiese ahorrado el viaje y la sensación que ahora mismo tengo. En esa semana se habló de hacer otros viajes, de que yo iría, de que él vendría, de cosas que no pasarían. Tengo que admitir que creo que había distancia entre nosotros; yo no confiaba en él y supongo que él no sentía nada por mí. Con todo, me encantó la semana.
Se acabo el viaje. Le comenté para poner fecha para el siguiente viaje, ya que yo no quería volver al mismo punto de partida: quería o volver a vernos, pero con fecha o cerrar todo. Y ahí me dio la respuesta (otra vez, lo sé): quería volver a verme, me echaba de menos (frases positivas previa negativa) pero que no creía estar listo para una relación seria de verdad conmigo. Me dolió el “conmigo” muchísimo, me hizo sentirme muy poquito, se lo expresé, sin respuesta, intenté calmarme y que fuéramos amigos, pero no he podido. Y en un vaivén de mensaje sin respuesta, en un monólogo en el que le preguntaba cosas y no mostraba ni interés ni respuesta, solo a las preguntas que no involucraban ninguna emoción, me enteré que sí, hay otra chica. Que antes de que yo fuera ahí ya tenía algo con ella, y que ahora que yo ya no estoy lo sigue teniendo.
Desde entonces estoy con ansiedad y muy triste. Me siento pequeñita. Sé que yo sola me lo he buscado, lo sé. Ahora que lo escribo me doy cuenta de que he sido yo la que ha puesto ímpetu en algo que no, pero necesitaba contarlo y ver opiniones para poder dejar de juzgarme tanto y de sentirme como me siento. Por favor, no seáis muy duras conmigo.