Escribo esto a sabiendas de que me van a poner a caldo y me lo merezco. Porque aunque no me sienta culpable por el acto en sí, sé de sobras que no es correcto y con tan solo imaginar su dolor y decepción si se enterara, una patada me golpea el estómago.
Nunca los había puesto. Fue premeditado, con mi ex. Dos veces y habrá más, pese a que probablemente la cosa no trascienda al verano. Yo, que me machaco a la mínima, fui al primer encuentro pensando que después me sentiría una escoria. Pero sorpresivamente no se cumplió el pronóstico: salvo alguna cosa de soslayo, nada de remordimientos y, si bien tras las primeras horas estaba distante con mi novio, a la postre tan normal como siempre.
Y es esta impasibilidad la que me lleva a sentirme mala persona cuando nunca me he considerado tal. Tengo hasta un poco de miedete, porque pienso: ¿soy una psicópata? O no sé si tengo otras concepciones morales al decirme que no he matado a nadie, simplemente he tenido relaciones sexuales y pasado ratos geniales con otra persona especial. Cosa que no justifica las mentiras, ahí está lo turbio.
Respecto a los chicos, como es normal, cada uno me aporta cosas distintas. Con mi ex no es viable una relación aunque haya ciertos feels y estemos mejor de lo que hemos estado en mucho tiempo. Por tanto, seguiré con este chico que me adora, aunque no voy a negar que me he planteado dejarlo porque no merece esto.