Supongo que esto se veía venir desde hace tiempo. Siempre he tenido como un cajón de mierda que mantenía a raya, que tenía apartado y de vez en cuando, cuando alguien me explicaba algo, o veía alguna película parecía que el cajón se iba abriendo y yo pensaba nononono … mantente ahí, cerradito. Pero ahora mismo soy víctima de mis propias fantasías, el cajón ha reventado y me deja una serie de mensajes autodestructivos como por ejemplo:
¿Ves esa historia de amor? A ti nunca te van a querer así. ¿O acaso alguna vez alguien te ha querido de alguna otra forma? NO! ¿Sabes por qué te pasa eso? Porque das asco, porque siempre lo has dado y tampoco tienes tanto que ofrecer a nivel interior, lo de la belleza está en el interior TAMPOCO se te puede aplicar. Sé que solías pensar que todo mejoraría tras la adolescencia, luego pensaste que todo mejoraría al año siguiente, y al otro, y a los cinco siguientes, luego cuando te independizaras, luego a los 30, siempre pensaste que el mejor tiempo, el tiempo del cambio y de encontrar a alguien que te quisiera, estaba a punto de llegar, pero adivina, tienes ya 35 años, que te queda de juventud? Te queda algo? Que te queda para vivir algo que te haga sentir viva y querida y deseada? Lo llegarás a vivir? Tú crees? De verdad crees que vivirás una novela romántica con alguien sacado de Hollywood? Eres ridícula. Has desaprovechado tu vida y ni la vas a recuperar ni tienes posibilidades ni tiempo para encauzarla.
Obviamente, son mensajes que yo misma me dedico, que me llevo dedicando toda la vida. Y me se toda la cursilería y las frases facilonas de “si tú no te quieres como te va a querer alguien?”, “aún eres joven, tienes tiempo”, “cualquier día llegará!”, “solo tienes que quererte tal y como eres”… y un sinfín así. Las conozco porque yo misma me las decía de vez en cuando. Pero ya no tengo energías, ya no tengo ganas y ya no tengo ni la ilusión que tenía antes que me decía que todo iba a mejorar.
He estado viviendo y sintiendo a través de fantasías. Elegía un personaje en mi cabeza y montaba historias novelescas a su alrededor. Me imaginaba de forma distinta, tanto por dentro como por fuera, imaginaba como conocería al personaje de turno, como me haría sentir, que pasaría con nuestras vidas, imaginaba diálogos, conversaciones nocturnas enteras donde abría mi verdadero corazón, donde la otra persona confiaba en mí, me explicaba su vida, me hacía sentir querida e importante. Estas fantasías han ocupado mi vida durante años hasta el punto de estar deseando llegar a casa para acostarme y poderme dedicar en exclusiva a seguir montando esa historia ficticia. No solo no es sano hacer esto, también es peligroso y me he dado cuenta de que tampoco te libra de sentir que te rompen el corazón cuando el personaje real sigue, como es natural, con su vida auténtica. Patética, soy patética, esa es una de las nuevas perlas que me soltará mi cajón de mierda en cuanto tenga oportunidad.
Y es que ahora mismo siento que el cajón ya no se va a cerrar, que se va a mantener así abierto con todas las verdades que me describen: No, nunca me he querido, no nunca he sentido el amor de alguien, nunca me he sentido querida, y si, exijo más atención de familiares y amistades para cubrir una atención que ni se cómo se siente. Todo el mundo a mi alrededor sigue su vida, todo el mundo antepone alguien al resto del mundo, y yo sigo sin saber lo que es ser importante para alguien. Llevo mi vida en soledad y últimamente, también en sufrimiento, y la vergüenza de compartir esto es tan grande que ni me atrevo a decírselo a alguna de mis amigas más íntimas. Lo único que me queda es aceptar mi realidad, que lo más seguro es que mi incapacidad social haga que continúe así el resto de mi vida, que jamás sentiré lo que es ser querida, ser especial para alguien, y que tendré una vejez llena de amargura, arrepentimiento, desesperanza y resentimiento, que es en realidad lo único que siento ahora.
No sé cómo seguir, no sé cómo salir de este pozo ahora mismo. No sé cómo aceptar toda mi verdad, mi auténtica verdad, y seguir viviendo.