Lo reconozco, yo también dije lo de que la Sirenita debía ser blanca y pelirroja.
Pero ha pasado algo muy bonito en mi casa, que me gustaría dejarlo por aquí e invitar a la reflexión:
Resulta que yo pensaba que mi opinión se basaba en que, como buena Friki, los Live Action debían ser lo más fieles posibles a la versión original. Que si no era así, que pa qué molestarse…
Entonces, el comienzo de mi cambio de opinión comenzó hace unos días, en el que entró mi hija de 7 años a darme una lección de vida sin siquiera proponérselo. Ella es una fanática Disney, y el que tenga hijos pequeños sabrá de lo que hablo: las pelis que le gustan se han visionado en casa hasta aburrir. Lo de ver la misma película en bucle hasta que te sabes los diálogos y los más mínimos detalles que, por lo visto, es normal. Entre ellas Pinocho, y por supuesto, La Sirenita.
Hace unos días, como solemos hacer los sábados por la noche, nos hemos dispuesto a ver Pinocho ahora que ha salido el Live Action, y, como siempre, hemos ido comentando la peli. Ella se sabe la original de memoria, y ha ido señalando cada una de las diferencias. Incluso se ha dado cuenta de que el Monstruo Marino que se traga a Pinocho, no es una ballena. Pero… como ya sabrán, yo esperaba que comentara algo del Hada. Sí, el hada negra y rapada, para mí súper obvio. Como no dijo nada, le pregunté que qué le parecía, y su respuesta fue que tenía unas alas preciosas, que brilla mucho y que le gustan sus pendientes. Ni la más mínima mención de su raza. Wow, no me lo esperaba.
Aún con esto en mente, y con toda la polémica que ha generado de nuevo la publicación del Tráiler de la Sirenita, me ha dado curiosidad y se lo he enseñado a ver qué le parecía. ¿Su reacción? Le han brillado los ojos. Ha saltado de alegría. Qué bonita es la cola (lo primero que se ve). Qué guapa es, y qué bien canta. Mira, ese parece que es Flounder. ¿Cuándo podremos verla?. Y Fin.
Y me ha dado qué pensar. Quizá la Inclusión que tanto se critica está empezando a dar sus frutos. Mi hija no ha notado para nada que esos personajes tienen un tono de piel distinto. Le ha dado exactamente igual. Lo ha vivido con la misma ilusión. Las mismas ganas. La misma intensidad. No ha criticado. No le ha parecido mal. Me gustaría pensar que igual que ella, otros niños crecerán conservando esa misma forma de ver las cosas y que no les quiten esa inocencia en ese aspecto (no sé si eso será posible…). O al menos, de no reparar en algo que me ha hecho darme cuenta que es absolutamente superfluo.
Pues no. Ahora me alegro del cambio de imagen de la Sirenita. Sé que se seguirá hablando de esa inclusión forzada, pero, al igual que muchas veces se culpa a Disney de su influencia en las expectativas irreales del amor romántico hoy en día, también puede ser que en el futuro se le pueda agradecer que las nuevas generaciones abracen la inclusión como algo normal. Ojalá.
Un beso a todas