Después de una relación larga, vivir en otro país, relaciones cortas, muchas vueltas a Tinder y pasar tiempo conmigo misma…
Conozco a un chico estupendo, guapo, simpático, atento, divertido, deportista, con ideas súper parecidas a las mías, al que le gusto, que quiere compromiso, que no se corta en decirlo, que sabe lo que quiere.
Resulta que me paso el día sacándole peros «es que es bajito». Que lo es porque mide lo que yo, entre 165 y 168. Me regaño a mí misma porque eso es una tontería, pero en ocasiones me entra la vena y no dejo de pensar que ojalá fuera más alto. Y encima sé que es muy posible que si lo fuera sería un puto Adonis que no se hubiera fijado en mi.
«Es que no siento esa chispa» parece que quiero volver al sufrimiento, a volver a mirar el Whatsapp compulsivamente, a la inseguridad de no saber que hace, ni con quién, al que pasen de mi y claro en cuanto le hacen caso la chispa salta, como si fuera una dosis de droga…
Es normal?