Hola amigas, vengo a contaros lo que me pasó el otro día con mi esposo. Todavía estoy recuperándome del impacto inicial, así que si no entendéis algo, igual es porque me atropello al contarlo.
Llevo casada casi veinte años. Dos décadas, queridas, se dice pronto. Somos de esas parejas que llevan toda la vida juntos. Con nuestras rupturas clásicas, pero al final siempre volvíamos. En esos periodos en los que no estábamos saliendo tanto él como yo tuvimos aventuras con otras personas. Esto la verdad es que nos sirvió para quitarnos esa espinita de estar toda la vida con la misma persona. Pero llega una edad y una etapa que, al menos yo, tengo la impresión de que con uno basta.
El otro día estábamos cenando juntos, conseguimos acostar pronto a los niños y como que nos montamos una cenita medio romántica. Nos pusimos a beber vino y eso nos puso algo tontorrones. Cuando llegamos al postre, ya llevábamos alguna copita de vino de más en el cuerpo, a mí se me dio por preguntarle qué querría de regalo por Navidad. Más que nada lo pregunté esperando que su respuesta fuera ‘nada, ya sabes que no necesito nada más que a mi familia’ o como mucho que me pidiera el último gadget para su IPhone.
Pues bien, su respuesta clara, concisa y sin apenas pensárselo fue: ‘Quiero hacer un trío contigo y con otra mujer’. Así de claro lo tiene el caballero. Se me bajó la borrachera casi de golpe, vamos, que es que no sabía si estaba enfadada o desconcertada. Por lo de pronto le pregunté que de qué iba, que si lo que quiere es follarse a otra que ya sabe donde está la puerta.
Quizás fui muy dura, porque llevo unos días valorándolo y quizás lo único que quiere es vivir esa experiencia. Pero siempre hemos sido una pareja muy tradicional en cuanto al sexo y esto me ha pillado muy por sorpresa. No sé qué hacer, solo de pensarlo sé que no lo voy a disfrutar, que no aguantaría al ver a mi marido tirándose a otra… ¿Alguna ha tenido esa percepción y después realmente lo ha pasado bien? Estoy hecha un lío, chicas.