A ver… a mi el bichito de la bisexualidad siempre me ha rondado, pero nunca me he considerado realmente bisexual porque jamás me he besado con una chica (sin contar un beso tonto borracha con alguna amiga), jamás lo he intentado y realmente prefiero a los señores (ya lo sé, qué horror); pero siempre me había rondado la cabeza la idea de tener sexo con una mujer…
El caso, que yo me consideraba hetero, pero que si alguna vez me podía dar un pipazo con una chica, pues yo no diría que no. Hasta que.
Hasta que la semana pasada estaba hasta el moño de las mimas conversaciones de siempre en Tinder, estaba harta de los señores, de la pereza y del hastío que me daba hablar con ellos, así que como quien no quiere la cosa cambié la configuración y me lo puse para chicos y chicas.
Cuando vi «el mercado» creí que definitivamente era hetero, porque las fotos de las mujeres las juzgaba como ‘sin más’, hasta que una me puso el chocho caliente, no me preguntéis por qué, pero real que me dio palmas.
La conversación no decepcionó ni un poco, de ahí a quedar con ella, de quedar con ella a liarnos, de liarnos a comerme mi primer coño la misma noche que la conocí.
Llevamos diez días así, quedando a diario, cómo me toca, cómo me corro, cómo me gusta.
Sé que es pronto para decir que estoy enamorada, pero es que lo siento, lo siento en el pechito.
¿Salir del armario a los 30? Nuevo reto a desbloquear, por favor, ¡ayuda! Nadie de mi círculo social se lo ve venir ni un poco.