No quiero seguir viviendo, ya no puedo más. Os juro que no puedo más y mi cuerpo no funciona.
Desde pequeña sé que soy diferente y he estado enmascarándolo pero ha llegado un punto en el que no puedo hacerlo porque me quedo sin energía de tanto fingir. Es algo que siempre está ahí en mi vida, no me entienden, soy el bicho raro y duele. Por suerte tengo facilidad para hacer amigos pero ahora mismo están todos lejos y no tengo contacto con nadie. Así que 0 amigos, con suerte veo a una chica de vez en cuando y nos escuchamos y se lo agradezco muchísimo pero ya siento que le estorbo. Y es normal, si conmigo no se puede hacer nada.
No tengo a mi familia. Vivo con ellos porque otra cosa sería estar bajo un puente. Recuerdo tener 5 años y que mi hermano me amenace con matarme si no hacía lo que ella quisiera y tenerme aterrada. Recuerdo el miedo más absoluto que desarrollé hacia ella. Con los años me he podido acercar pero seguía siendo una tirana, la reina de la casa. Mi hermano pequeño también le cogió miedo. Mi padre la defiende hasta la muerte porque siempre está trabajando y no lo ve y para mi tia es su favorita porque le mnuestra otra cara distinta.
Soy la que siempre lo ha estado sosteniendo todo en casa, haciendo las cosas a la perfección para que nunca fuese suficiente porque seguian los problemas. Como era la buena, no me prestaban atención. Siendo desde siempre el hombro donde llorar de mi madre. Recuerdo el día que se intentó suicidar estando mi hermano y yo solos en casa. Como me cogió la mano y me pidió que cuidara de los demás. Yo tenía 16, la noche de antes tuvimos una discusión absurda y mi hermana me abrazó diciendo que era todo culpa de mi madre que estaba loca y ella no pudo más. Recuerdo que al tiempo, no intentó lo mismo pero su cuerpo volvió a fallar y a darnos un susto y era todo estrés.
Al año siguiente me fui a vivir sola estudiando fuera y pagándolo con el dinero de mis becas. Ocho años fuera y desde allí tenía que escuchar lo que pasaba en mi casa, poner orden o venir muy frecuentemente. En mi casa le seguían teniendo miedo a mi hermana.
Necesité irme a vivir fuera pero me sentí culpable, de dejar a mi madre sola, a mi hermano solo, de su intento de suicidio también.
Estando en la otra ciudad viviendo, todo era difícil, mantenerse sin dinero y la carrera me consumía. Me violaron a los meses de llegar, sola, en mi piso de estudiantes un tío 10 años mayor. Tuve una relación donde yo era la última mierda y abusaron de mi donde hacía las prácticas. El COVID se cargó todos mis planes de futuro. Me quedé fatal pero nadie veía mi depresión, frené con todo y me recuperé.
Durante unos meses he estado guapísima y sintiéndome algo mejor hasta que tuve que volver a casa. Empezó muy bonito, comencé a salir con un chico de aquí.
A mi supuesta mejor amiga le molestó que tuviera pareja y me dejó de hablar. Mi hermana nos retiró la palabra a todos y sobretodo a mi por defender a mi madre en una discusión, me convertí en un fantasma para ella. No nos hablaba a ninguno pero parte de la familia me presionaban para que me acercase yo. Falleció mi perro que lo amaba con locura, estar aquí ha sido un infierno. Volvió a hablarnos pero aprovecha cualquier minima oportunidad para decir que es mucho mejor que yo en cualquier cosa.
Son meses de tiranías, de tener que morderme la lengua, mis padres no hacen nada, mi padre dice que no es para tanto, mi madre está totalmente dócil porque tiene miedo, mi hermano está totalmente en su mundo. Tengo que ocuparme yo de todo, mi energía se ha ido en cuidar de los demás y aguantar comentarios malos, cada puto día, desde que me levanto hasta que me acuesto.
Me empecé a desgastar de nuevo hasta llegar al 0, mi cuerpo deja de funcionar, estaba intentando acabar unos estudios desde casa y siento que no puedo. Mi cuerpo está muy mal, mi peso es peligrosamente bajo y parece que me estoy muriendo. Pido ayuda pero me dicen que es lo que toca o exagero. Mi madre intenta estar pero no me acaba de entender, está demasiado bloqueada por mi hermana y los demás, al final soy una loca que llora, está apagada y no es suficiente.
Mi pareja, que lo quería con locura, me dejó hace una semana y no paro de llorar y suplicarle que por favor, no se vaya. Estoy muy mal de salud, el médico ya me ha avisado del peligro, tengo que estar 100% tranquila y no puedo. Debería estar acompañada en todo momento y no tengo a nadie, absolutamente nadie, llevo pensando tiempo en quitarme del medio pero me quedaba él. Me aferraba a él. Dice que siente por mí pero que tiene miedo de que no funcionen las cosas. No entiende por qué mi familia es así ni por qué estoy tan cansada. Necesito un amigo, necesito que se quede, me importa un pimiento la relación, pero si siente por favor que se quede porque necesito una mano amiga.
A todo esto cuando he ido al psicólogo, me dicen que estoy muy cuerda, que sé las cosas que tengo que hacer, cómo hacerlo y lo que no tengo que soportar, pero que no puedo trabajar más en mí si mi ambiente es tan tóxico porque así nunca voy a poder estar bien. Que debería ponerles límites y, si no, irme. Y lo entiendo, pero no puedo librarme de mi casa. Por mi salud ahora mismo no puedo trabajar y ahorrar más, no puedo irme de casa y da igual los límites que ponga que no escuchan ninguno.
No puedo parar de llorar mientras escribo esto, no me va a sostener nadie y por primera vez admito que necesito ayuda y se ríen de mí, no quiero seguir viva y lo tengo muy claro. No voy a soportar esta navidad. En algún sitio necesitaba escribirlo y soltarlo, 25 años han sido demasiados.