Hola chicas.
Os cuento un poco: hace unos meses que hice el MIR, me cambié de ciudad para empezar la residencia, y me mudé con una compañera de trabajo, que no la conocía de antes. Mis otros compañeros de trabajo son todos de esta ciudad, y tienen ya su pareja, amigos… Son gente agradable, pero propones salir de excursion o hacer una escapada, y nadie quiere. Resulta que el único grupo de gente que son de fuera (y que por lo tanto más planes de quedar querrán hacer) han hecho mucha amistad con mi compañera de piso, pero parece que no conmigo. Yo en más de una ocasión le he dicho a ella que me avise cuando quede con ellos porque me siento bastante sola, y nunca o casi nunca lo ha hecho. Es más, han aprovechado a hacer fiestas en mi piso cuando yo estaba de guardia, se han ido de excursion a la montaña y me habia dicho que se iba «a sacar dinero al banco»…
Decir que con esta compañera tuve problemas al principio de la convivencia porque ella le iba hablando a todo el mundo «mal» de mi (que era muy introvertida, muy timida, muy pava…), y lo sé porque se lo oía cuando hablaba con alguien por teléfono. Me ha juzgado sin conocer mi historia, porque yo estoy luchando a diario contra mi fobia, y mis ataques de pánico. Ahora, parece que estamos mejor y la convivencia ha mejorado…
Afortunadamente estoy yendo a un psicólogo por todo esto y por lo que yo traía de ante: fobia social, ansiedad, y he atravesado a lo largo de mi vida momentos difíciles (bullying, violencia doméstica, depresión, bulimia…) Todo esto se lo he ido contando a mi psicólogo, quien siempre me ha animado a «enfrentarme» a mi compañera de piso, y si bien no decirle que me incluya en sus planes, porque no se puede forzar a la gente a irse con alguien que no quiere, sí expresarle como me siento, lo decepcionada que estoy con ellos por hacerme el vacio de esta forma, y bueno, me ha costado mucho porque antes no me atrevía, pero lo he conseguido! Me enfrenté a ella y le dije todo lo que pensaba y le pregunté qué problema tenían conmigo o si les caía mal. Ella se puso nerviosísima, y por supuesto lo negó todo, me puso excusas tan malas como que no podía quedar con ellos porque entonces se pasaban del límite máximo de personas (tengo pruebas de que es mentira) y que mejor que lo fuera asumiendo, que no puede ser y punto.
Mi psicólogo me ha felicitado, me ha dicho que en estos meses he avanzado muchiiisimo, y que esta muy orgulloso de mi. Y lo cierto es que yo también. Creo que me merezco algo mejor que esta gente. Es verdad que me siento rechazada, y no veo posibilidades de conocer a más gente… En el gimnasio veo que cada uno va a lo suyo, y en Tinder he probado a quedar con chicos, pero bueno tampoco me ha llamado nadie la atención de momento.
Así que estoy en una sensación agridulce, por un lado me siento empoderada de haberme atrevido a expresar lo que siento, pero por otro me ha dado un bajonazo muy grande, y no puedo evitar pensar ¿caigo mal?, ¿soy inferior o poco interesante?