Hace mes y medio que soy madre y estoy sobrepasada.
Quiero a mi niña más que a nada en el mundo, pero es que la peque no me da ni un segundo para mí. Es prácticamente imposible quitármela de los brazos sin que empiece a llorar. Además no hay forma de que se quede dormida en su cunita, tengo que dormirla en brazos y cuando intento pasarla a su cuna la mayoría de las veces se despierta, algo que me está generando mucha ansiedad. El padre se implica, pero con él tampoco quiere estar, es cogerla y a los 2 minutos empezar a llorar, algo aue el pobre lleva regular porque trabaja en casa y estaba deseando implicarse con la crianza. Ell solo quiere estar conmigo enganchada a la teta y hay días en los que ni ducharme puedo.
Sé que es una fase, que no durará para siempre, pero no poder ir ni a mear sin provocar un berrinche me tiene mentalmente agotada. Además, no le gusta el cochecito por lo que ni salir de casa puedo, porque es meterla ahí y empezar a llorar de nuevo. Por suerte, duerme bien por las noches, aunque hay días en los que no consigo pasarla a su cuna y acabo durmiendo con ella en brazos sobre el cojín de lactancia.
Tengo hermanos pequeños que nacieron siendo los típicos bebés buenos que comían, dormían y podían estar en sus cunitas o mecedoras tranquilitos y sin llorar, por lo que no esperaba para nada esto. Hay días en los que me siento esclavizada. Y lo sobrellevo como puedo, pero no poder salir de casa me está empezando a pasar factura.
Alguna que haya sido madre puede compartir conmigo si experiencia y explicarme hasta cuándo las cosas pueden ser así? Necesito ver la luz al final del túnel. ¡Gracias!