Hola, les cuento, tuve una relación muy linda con un chico; Pablo, él me flechó desde el primer instante. Físicamente era todo lo que había querido en un novio, para mi sorpresa, además era muy gracioso, liviano, nos hicimos muy muy amigos, íbamos a las películas juntos hasta que un día el me robó un beso. Estuvimos 3 años juntos, una relación sana, linda, que recuerdo siempre con alegría. Yo la terminé porque no veía futuro; no había planes en común, él era del tipo «vivamos el día a día», cuando hacía comentarios de ir a vivir juntos, viajes, postítulos, etc. él se ponía muy de malas «pero por qué te preocupas de eso?» «somos jóvenes». Con el dolor de mi alma, amándolo aún, lo dejé, ya que estaba a mitad de los 20 y no iba a seguir perdiendo el tiempo con alguien que no está seguro de lo que quiere.
Cabe mencionar que Pablo todo el año que estuve soltera nunca dejó de estar en mi cabeza, a veces soñaba con él. Esperaba encontrarlo en reuniones (compartimos grupo de conocidos), por qué? no lo se. Solo el hecho de la posibilidad que estuviera ahí me ponía ansiosa, como si me preparara para una cita.
Pasó un año, conocí a Esteban, él no me flechó, nunca, es lindo sí, pero ese impacto que me provocó Pablo, jamás se podrá igualar. Comenzamos a hablar más y ya me daba cuenta que me estaba atrayendo, mis ojos se volcaron para él inmediatamente. Él es literal todo lo que había esperado en un hombre, excepto por ese incomparable atractivo físico de Pablo; es atento, romántico, piensa en un futuro conmigo y apoya mis sueños, el sexo es increíble, el mejor que he tenido en mi vida, detallista, bueno, tiene un sinfín de atributos que cualquier mujer buscaría. Cuando estoy con él me siento mejor persona.
Luego de medio año de novios con Esteban pasó algo que yo esperaba que pasara en una junta; PERO MESES ANTES: llegó Pablo. Me abrazó con un cariño como de 2 viejos amigos, hablamos toda la noche sentí su cara muy cerca de la mía y me di cuenta que estaba tan nerviosa, tan ansiosa, mis mejillas rojas, mi corazón latiendo, como la primera vez que lo vi. Al volver a casa lloré toda la noche, ¿lo seguía amando?, pero sí sé que él no me convenía, que nuestros planes no calzaban; mi aspecto más racional me dice que esa no es la persona para mi futuro. No tiene trabajo, vive con sus padres, no tiene planes, su pasión es surfear por el mundo y toda la energía lo dedica a ello. Luego de ese día él me contactó por instagram, hablamos como antes, nada romántico, yo trato de cortarlo rápido por respeto a Esteban. ¿Qué hago? una parte de mi fantasea con sus brazos acogedores y su espalda ancha, riéndonos de las mismas cosas de siempre (sé que estoy idealizándolo porque quizá no quiera nada conmigo), pero por otra parte se siente tan mal pensar en él, aun cuando estoy con Esteban. El otro día estábamos en la cama y sonreí por acordarme de algo que dijo Pablo, Esteban me preguntó por qué me reía y dije una mentira. Me siento traidora y cobarde.