No me siento cómoda, no me siento a gusto.
Que sí, que creo en la reinserción, las segundas oportunidades y todo lo que queráis. Pero no estoy a gusto en mi propia casa y eso no debería ser así.
Desde que vivimos juntas nos ha hablado de él, ya eran novios antes de que lo metieran en la cárcel, al parecer necesitaba el dinero sí o sí y robó una tienda a punta de pistola.
Ha estado 18 meses en la cárcel, salió hace un par de semanas y lo tenemos aquí metido todo el día y me da miedo.
Cuando tengo que ir al baño o a la cocina y me lo encuentro en el salón me cago, mira súper intenso, es como súper duro, tiene siempre cara de enfadado, es muy serio, casi no habla… Menos mal que están casi todo el rato metidos en su habitación, porque si no ya no sé.
Que me he comprado un candado portatil de los que vi el otro día aquí para cerrarme la puerta… Me planteo mudarme, ese es nivel.
Porque tampoco le voy a decir que se vaya ella, aquí mi chico viene cuando quiere y nadie le dice nada. No le voy a decir yo ‘no quiero que tu chico venga porque tengo miedo’.
Menuda situación de mierda, de verdad.