Habría que hablar con un abogad o ver el testamente que firmasteis.
Poro según lo que cuentas, tu marido te dejó el derecho de usufructo por lo tanto no tienes que darle nada a tu hijo hasta que tu fallezcas. Es entonces cuando el podrá disponer de su herencia.
Te avala la ley, no le des nada, si quiere denunciar que te denuncie. Aún asi, yo consultaría con un abogado.

No dices de qué comunidad autónoma eres, dependiendo de si tiene derecho común o derecho foral puede ser diferente.

En derecho común, si el patrimonio de tu marido era vivienda y ahorros, eres usufructuaria vitalicia de la vivienda, pero con respecto al dinero, se valora ese usufructo y una parte del dinero sí es de tu hijo. Pregunta en una notaría porque en muchos casos la consulta allí es gratuita. Si la cosa se complica, acude a un abogado. Suerte.

Lo siento pero tu hijo me parece un asqueroso y muy mala persona y un egoísta de cuidado. Toda la generación de nuestros abuelos se iba al notario y se iban los matrimonios y siempre era la costumbre dejar todo en su fruto al cónyuge que falleciese el segundo. Es una tradición que ha estado muy arraigada en nuestro país y lo que se consigue es que el que se queda viudo no se quede descolgado, no se quede sin vivienda o no se quede debiéndole dinero a un hijo. Lo siento pero si tu hijo quiere herencia que busque el un abogado y busque a qué tiene derecho. Con esa actitud ya te ha demostrado que le importas una m*****. Que lo que le importa es él y sus c****** morenos. Quien quiera peces que se moje el culo. Si él quiere su parte de la herencia que pague un abogado y que os informe a los dos de cuánto dinero tiene derecho. Y nada de buscar en Internet, que busque el abogado y que os haga una consulta. Y si la consulta la quiere él y le interesa a él que la apague él. Si tan mayores para independizarse también es mayor para buscar un abogado que le resuelva la herencia. La voluntad de tu marido que también era el padre del niño era que tuvieses tú el usufructo de todo. Y con veintiún años él es un niñato que pretende empobrecerte a ti cuando lleva toda la vida viviendo de vosotros. De verdad que qué rabia.