Reproducimos un testimonio de una lectora que nos ha llegado via mail:
Hola linduras. Venía a contaros el día que cumplí una fantasía que seguro que todas habéis tenido alguna vez… Y es que ligué con el fontanero que vino a casa… O eso creí yo.
Veamos, se me atasca la bañera con una maraña de pelos y champú y la vecina de abajo viene con la fregona a decirme que mi bañera está inundando su baño. Llamé enseguida a un fontanero con la buena suerte de que aparece un muchacho alto, fornido, simpático y resolutivo que hace que enseguida me olvide de la tragedia del agua inundando la casa de mi vecina y me quede a charlar con él mientras arregla el desastre. El chico empieza a recopilar datos técnicos sobre la avería y la casa y en un momento cambia de tercio y me pregunta: ¿cuántos años tienes? Ya está, lo tengo en el bote pensé, así que me pongo coqueta y con una caída de ojos le digo… VEINTISÉIS.
El muchacho suelta una carcajada nerviosa y se pone como un tomate, pienso que he triunfado, hoy cumplo la fantasía del fontanero, no me lo puedo creer y me contesta: «no, no, años no, BAÑOS».
Ah vale, claro, en qué estaría yo pensando, baños, no años, amiga vuelve a la tierra HOY NO CUMPLES LA FANTASIA, pero igual otro día sí.
Si necesitas algo estaré en el salón intentando no morir de vergüenza.
Besos a todas!!!!