Bueno, aquí vengo yo a hacer de abogado del diablo. A lo mejor tiene otros gustos que no está satisfaciendo, y no sabe cómo decirlo sin sentirse ridículo. Es muy distinto el caso, pero recuerdo a un amigo que ya había llegado a los cuarenta y se arrepentía de no haberlo hecho nunca con un hombre. Lo hizo, lo dejó a medias, y volvió a su casa a confesarlo y a decirle a su mujer que eso a él no le gustaba…
Así que las cosas se solucionan hablando con él.