El primer año de mi bebé fue un horror. Sin paños calientes. Sé que para muchas mamás el primer año es el más especial, el que recuerdan con más nostalgia, pero en mi caso no es así, de hecho, pienso en ello y me entra ansiedad.
Fue un bebé muy difícil, de llorar por todo, a todas horas, de no querer carro, cuna ni coche, de no poder ni ducharme porque a la que lo soltaba montaba la marimorena, de venir gente a casa y tener que marcharse porque no dejaba de llorar. Era (y es) un bebé de alta demanda de manual. Es cierto que no ayudó en nada que a sus seis meses le tocara vivir una situación de pandemia que lo tiene infraestimulado, pero aún así su temperamento es el que es, y aunque ha mejorado bastante sigue siendo una beba muy intensa a sus 19 meses.
Entrados en contexto, desde el nacimiento de mi hija, vivo en constante tensión con mi marido. Él tenía muy idealizado la idea de ser padre, todo el mundo le decía que al ser niña iba a ser muy de papá y la hostia de realidad ha sido importante. Entiendo que para él ha sido muy frustrante ver como la peque lloraba al cogerla o no quería ir nunca con él, se siente rechazado y puedo empatizar con sus sentimientos. Yo le digo que no es nada personal, que tiene un apego muy fuerte conmigo y que con la pandemia la cosa ha empeorado, pero él en vez de esforzarse por mejorar el vínculo con la niña, ha empezado a ignorarla.
Literal que pasa una media de dos horas al día con ella, trabajando en casa, y cuando está con ella lo hace desde el sofá y mirando el móvil o la tele. A lo mejor intenta jugar con ella una vez, pero esta en cuanto muestra predilección por mí, coge y se larga al sofá con cara de mierda y soltando frases del estilo: «ya, ya sé que no quieres estar conmigo». O «sí, ya sé que no me quieres». Lo he hablado con él y le he dicho mil veces que no puede soltarle esas cosas, que lo único que hará es empeorar su reacción ante él pues todo lo que decimos genera una vibración que los bebés notan, pero no hay manera.
Cabe decir que no es el típico marido que no hace nada en casa como leo por aquí. Prácticamente se encarga de todo, de lavadoras, comida y limpieza, por que con un bebé de alta demanda no se puede hacer nada, ni siquiera pensar. Yo quiero que sea algo compartido, que él se quede con la nena y yo también pueda hacer algo porque además me apetece para desconectar la mente, pero claro, es que así es imposible.
También mencionar que con adaptación, que quiera estar con él, es posible, ya que así lo hemos hecho con la abuela. Tardó meses en querer quedarse con ella a solas pero con su perseverancia y su voluntad lo hemos logrado y tengo dos o tres horas al día para trabajar (también trabajo desde casa). Es más, hay ocasiones que hasta prefiere estar con ella que conmigo. Pero mi marido no quiere hacer ese esfuerzo, es como si creyera que al ser el padre debería quererlo por ósmosis. De hecho, él espera que por divina providencia un día la niña se despierte queriéndolo. Que sí, que los bebes pasan por múltiples fases y seguro que lo querrá igual como hice yo con mi padre a pesar de no pasar tiempo con él, pero cada vez que se queja porque no lo abraza o no quiere estar con él me llevan los demonios. Sabía al casarme que era una persona con poca paciencia y de fácil frustración, pero no me esperaba que tuviera este comportamiento con nuestra hija. Además, no hace más que compararla con bebés de conocidos que por lo visto son Nenucos (somos los únicos con un bebé intenso), a veces delante de ella le suelta cada comentario que tela, del estilo:»que mala suerte hemos tenido», «ojalá no fueras así» o similares.
Lo he hablado con él en diversas ocasiones pero se siente atacado y le da la vuelta a la situación haciéndose la víctima.
Estoy quemada, triste y hay días en los que pienso en irme con la niña porque si ya es difícil criar a una niña de alta demanda en medio de una pandemia, tener que lidiar con la decepción y los comentarios despectivos de mi marido me matan. Sé que él la quiere y que el hecho de estar encerrados en casa todo el día los tres juntos nos tiene al borde del colapso a todos, pero siento que si continuamos así acabaremos petando por algún lado.
¿Alguien ha pasado por algo así? ¿Qué me recomendais? He pensado en terapia y todo pero no sé que tipo de terapia se recomienda en situaciones de este estilo. Gracias por leerme, chicas :).