A todos nos gustaría que las cosas fueran bien, pero la vida no es así. Es lo que he dicho varias veces por aquí: vivir junto con una persona con trastornos mentales es MUY difícil. En primer lugar es difícil para la persona, sin duda alguna, pero se habla poco de quienes tienen que convivir con el afectado. Puede que la cosa va bien, pero muy a menudo te desgasta, te erosiona y te arrastra a su pozo oscuro, sobre todo si el trastorno es muy grave o bien crónico. A veces es porque tienes la percepción de que el enfermo no pone lo suficiente de su parte (que puede ser solo percepción o realidad, depende), otras veces sí ves que pone de su parte pero, sencillamente, tú no puedes más.
Si el enfermo es tu madre, padre, hermano, amigo o familiar, eso solo lo puedes solucionar hablándole tranquilamente y diciéndole que necesitas un tiempo de alejamiento para recargar pilas y reencontrarte un poco a ti mismo. Si es tu hijo es casi imposible, porque te va a necesitar siempre. Si es tu pareja, tienes elección. Por lo que cuentas, conocías la situación, lo hablásteis, acordáteis unos términos y tú crees que no se han cumplido. Porque él no pone de su parte o porque su enfermedad no le deja hacer más, en este caso no es lo importante. Lo importante es que tú te has desgastado, erosionado, no ves futuro, no ves nada, solo estar encerrada en una burbuja sin perspectiva. Yo creo que 10 años, 10, son prueba de amor suficiente. Mi consejo sería que lo dejaras. Que le explicaras bien, amablemente, cómo te sientes y lo que su condición te ha implicado. El amor no lo puede todo, eso es un tópico. Y, si sigues con él, en vez de un enfermo con depresión y ansiedad en el mundo habrá dos.