Hola, vengo a contaros que llevo unos días realmente preocupada.
Llevo casada más de diez anos y el año pasado nos separamos temporalmente durante casi un año.
Problemas típicos:
Enfriamiento de la relación
Ausencia de acercamiento físico
Gustos y aficiones cada vez más distantes… Vaya, el tiempo, que hace estragos y nosotros, que no supimos cuidar mucho de nuestro jardín de amor…
En ese tiempo de separación yo tuve una historia con un hombre maravilloso con quien no pude formalizar nada por culpa de mi melancolía. Pensaba y lloraba por mi marido casi a diario.
Mi marido, por su parte hizo su vida y tuvo microhistorias con varias chicas. Nûnca me lo contó, pero me lo contaron porque hay gente muy mala o vaya usted a saber.
Hemos vuelto porque preferimos nuestra mediocre y ajada relación antes que seguir experimentando a diario una melancolía y dolor que nos dejó a ambos en los puros huesos, y no exagero. Aunque de vez en cuando, nos preguntamos por qué seguimos juntos, y yo le recuerdo que para no morir de melancolía y desnutrición.
Hace unos días me enteré de que una de sus microhistorias fue con una conocida de ambos en una noche muy pasada de alcohol. La chica en cuestión es toxicómana y muy de sexo pasajero. A mi, la forma de vivir la vida de esta mujer me da exactamente igual y la respeto, lo que ocurre es que quiero que mi marido se haga un test de venéreas porque no me fío nada y tengo mucho miedo de que esta persona le haya pegado algo. Se lo he pedido explicándole que quiero que nos lo hagamos los dos, puesto que yo también estuve con un hombre, pero me hace callar, me dice que exagero, que no se lo va a hacer porque le da vergüenza… Dios, si estábamos deteriorados, esto nos está sepultando. Desde que supe lo de esta chica me da un asco horrible que me toque, sus otras 2 historias me dan igual, pero esto me sobrepasa.
En fin, somos un asco de pareja maltrecha y sin futuro y encima ahora acojonada por lo que me pueda contagiar cuando nos tocamos una vez al año.
Gente tierna, elegid bien a vuestras parejas. Es fácil entrar en una relación, pero endemoniadamente difícil salir.