Hoy he vivido una situación muy humillante. Mi pareja y yo hemos ido a ver a su padre, su tio y sus primos al pueblo, hemos comido con ellos y luego hemos pasado un rato en su casa charlando todos. Mi suegro es profesor, de la vieja escuela. Toda su familia son muy estudiados, con carreras, investigadores, buenos puestos y te hacen saber que ellos le dan importancia al la brillantez académica.
Nunca había llegado el tema a tomar un tono despectivo hacia los que no estudiaban, hasta hoy. Yo también soy profesora aunque más novata. El caso es que de buenas a primeras ha cogido mi suegro el móvil y se ha puesto a fanfarronear de que podía ver los expedientes de todos. ¿Expedientes? Yo pensé que se refería a los exámenes de las oposiciones y que iba a buscar al alguien puesto que todo es público. Cuando para mi sorpresa escucho que empieza a recitar en plan clase magistral mi expediente académico de secundaria, nota por nota, sin pedirme permiso no sé donde se metería para verlo, haciendo comentarios despectivos sobre mis bajas calificaciones en ciencias y pidiéndome explicaciones sobre los suspensos que había tenido. Que vaya notas tenia.
Mi pareja y su hermana intentaron, vagamente, que parara. Paró, para pasar a recitar los sobresalientes de su hija. Yo me quedé muda ante aquel panorama, concentrada en no romper a llorar. Me quedé callada y paralizada hasta que volvimos.
Mi pareja esta haciendo como si nada pero yo no estoy bien con él por no haber sabido pararle los pies, correcta y educadamente. Y yo ahora no tengo ganas de verle a ese señor la cara nunca más.