Hola a tod@s. Soy la autora del post y vengo a actualizar.
Al final vino, estuvimos 11 días, 5 en Madrid, 6 en portugal. A parte de las primeras horas que yo tardé en arrancarme, después se me soltó la lengua y hablamos y nos entendimos a la perfección todo el tiempo.
Eso no fue problema, como yo pensaba.
El problema es que después del primer día, en el que pasamos la noche juntos por fin y todo era para mí como una nube, al día siguiente dejó de estar cariñoso, hasta que le obligué a que me explicase qué ocurría: me veía como una amiga. No el primer día en el que estuvimos pegados enrolándonos, si no ya el segundo, y que estaba enfadado consigo mismo por no haberse dado cuenta el día anterior. Le dije (resumiendo) que me parecía raro e injusto que después de 6 meses hablando a diario, y teniendo claro ambos que nos gustabamos y dispuestos a apostarlo todo a pesar de la distancia, él en unas horas cambiase de opinión. Quedamos en dejar fluir el resto del tiempo. Y fluyó. Pasamos el tiempo guay, juntos en hoteles y apartamentos, de turismo, yendo a restaurantes. Fue como concentrar las citas de 4 meses en unos días. Yo me sentía genial, porque sentía que le conocía de siempre, con confianza total, me salía solo el cogerle de la mano, besarle y, tocarle, tuvimos mucho sexo…
PERO yo estaba súper alerta y vi dos cosas contradictorias: ya no estaba tan cariñoso como el primer día la mayor parte del tiempo, ni como por teléfono. A veces sí, pero normalmente era yo la que me acercaba a él. No le quise dar importancia, pero me rayaba mucho. Por otro lado, mientras cenabamos o comíamos y yo hablaba él se quedaba mirando embobado y sonriendo, él decía que era porque le encantaba mi acento y mi mímica. Es decir, en todo el tiempo no pude ver claro si yo le gustaba o no.
Después de la despedida, donde yo lloré a mares, todo fue a peor: el quiso un descanso de mí, cosa que me cabreó. Después me dijo que estaba hecho un lío, que yo le gustaba pero sentía miedo de ir más allá conmigo, que es demasiado estúpido e inmaduro, que me haría daño. Días después dijo que tras las vacaciones solo me veía como una amiga pero que no me quería perder. Al otro día que tiene problemas para involucrarse en relaciones amorosas y que lleva tiempo queriendo ir a terapia. Después fue dejando de responder a mis mensajes, que cada vez eran de mayor cabreo. A veces responde para decir que no sabe que decir cuando estoy cabreada, y por eso no responde, pero que todo le importa y es duro para él.
Yo paso del cabreo a sentir pena, y al cabreo otra vez, porque todo apunta a que me toma el pelo y que es un gilipollas más. Pero no quita para que me dé una pena horrible como ha ido todo y le eche muchísimo de menos.
Siento todo el rollo☹️
Conclusión: si tiene toda la pinta de que no va a funcionar, no funcionará por el motivo que sea.