Es la primera vez que me pasa, vamos, de manera tan radical. La relación con mi madre siempre ha sido muy tóxica, nunca nos hemos llevado bien, pero tampoco hemos sabido vivir la una sin la otra.
Desde que voy a terapia he entendido muchas cosas, estaba en una relación de maltrato y a pesar de haberlo intentado evitar, hemos acabado sin hablarnos, por decisión mía.
Mi madre no me hace bien, mi madre me hace daño, mi madre me parte por la mitad el 80% de las veces que hablo con ella. Nunca me visto lo suficientemente bien, nunca como bien, nunca me peino bien, nunca me junto con gente bien, nunca hago nada bien. Vivir y compartir rutina con alguien así es insostenible.
Así que, muy a mi pesar, desde verano no forma parte de mi vida. Nuestra relación terminó conmigo diciéndole ‘cuando estés dispuesta a que hablemos como personas, me avisas’. Desde junio no he vuelto a saber nada de ella.
Ahora llega Navidad y… y me duele un poco el corazón la verdad. Porque yo con todo el resto de mi familia me llevo increíble, como siempre, pero desde verano nunca he ido a las comidas familiares para no encontrarme con ella. Real que somos como una ex-pareja en la que los amigos en común tienen que elegir a quién ver. Es horrible.
Pero también os digo que desde que ‘no está’ en mi vida soy más feliz que nunca, tengo una relación conmigo misma inmejorable, mi autoestima parece que florece poco a poco, soy feliz, estoy tranquila, tengo paz.
Pero el año pasado no pudimos vivir la Navidad como queríamos y este año están todos locos, hay primo invisible (nuestra versión del amigo invisible), fiesta de pijama navideño, un monopoli personalizado con cosas de nuestra familia… Y no me lo quiero perder, pero tampoco quiero cargarme un momento tan increíble por no hablar con mi madre, no quiero que nadie esté incómodo, no quiero que afecte, pero sé que si voy va a ser imposible.
Alguna habéis vivido algo parecido? Cómo lo habéis gestionado? ¡¡¡Gracias por leerme!!!