Hola queridas, por aquí una loversize más MUY cabreada con lo que me acaba de pasar.
Voy en silla de ruedas, desde que nací, tengo plenas facultades intelectuales, solamente no me funcionan las piernas, fin de la historia.
Hay muchísimo debate que gira en torno de si debería poner o no en mi CV mi situación, después de haber probado todas las fórmulas, da exactamente lo mismo: no me contrata ni Dios.
El caso es que una amiga trabaja en un Call Center de cierta empresa ENORME española, me dijo que estaban buscando a gente, que te daban el PC para que te lo llevaras al domicilio y que yo era más que capaz de desarrollar su empleo, porque básicamente era descolgar llamadas, escuchar al cliente y derivarle con el departamento más adecuado.
Pues nada, echó mi CV en la bolsa de trabajo interna, me llaman, me dicen que estoy preseleccionada, me hacen una segunda entrevista por escrito, la paso también, me hacen una tercera entrevista (no se mencionada nada de mi silla) la paso también y me dicen que vaya a las oficinas de RRHH a firmar el contrato y a empezar con la formación.
Yo no digo nada, simplemente me pongo feliz a rabia, por fin iba a tener mi primer curro, mi primer sueldo y mi primera vez sintiéndome útil laboralmente hablando (tengo 26 años).
Pues el caso es que miro dónde están estas oficinas situadas, llamo para preguntar si tienen accesible el edificio a personas en sillas de ruedas, me dicen que sí, pero que por qué pregunto, indico que tengo que ir a la mañana siguiente a firmar un contrato de trabajo y la recepcionista me indica que ‘por favor, espera un momento, que te paso enseguida con RRHH para que dejes constancia de tu situación’.
Tengo experiencia, sabía que en ese momento se explotaba la pompa, que adiós al curro, que adiós a ser una chica del cable, que adiós a tener un sueldo penoso y poder quejarme de ser mileurista y no inválida.
Me pasas con la señorita Mónica, le cuento toda la parafernalia ‘disculpa, cariño, ha debido haber un error, este puesto no es de los que ofrecemos para minusvalías’. Le pregunto si es para teletrabajar, me indica que en principio sí, pero que en ALGÚN MOMENTO tienen en mente que poco a poco el equipo se reincorpore a las oficinas, le digo que hasta entonces estoy disponible, intento no llorar, intento tragarme la bilis que me sube por el esófago y en esa misma llamada me indican que suerte, que se guardan mis datos para un futuro y que seguro que encontramos un ‘puesto acorde a tus capacidades’.
Estoy hasta el mismísimo coño de que me tomen por incapaz cuando de hacer trabajos de los que soy perfectamente capaz se trata.
Voy en silla de ruedas, os juro que no es para tanto.
Empresas tochas con recursos de sobra para poder admitirme y que no lo hacéis por cobardes: COMEOS UNA MIERDA COMO UN CASTILLO DE GRANDE.