A ver si podéis ayudarme a arrojar un poco de luz porque no puedo más con un tema. Tengo un bebé de casi dos años. Su padre, mi pareja, es obeso. Por una mezcla de mala alimentación cuando era niño y sedentarismo acompañado de mala alimentación de adulto.
En cuanto a mí, jamás ni yo ni nadie de mi familia ha tenido sobrepeso. Podría decirse, complexión «atlética», sin ser deportista de élite pero sí me gusta más moverme.
El tema son los comentarios de mi familia sobre mi bebé. El bebé (niña) ha salido a él y a su familia. Tiene literalmente la cara de su padre. Es una niña movida y una niña que come sano. Le gusta comer, come bien. Duerme bien. Y se mueve bastante. Es mi tesoro, no os voy a mentir. Yo la veo adorable preciosa y perfecta.
Pues mi familia desde bien pronto no paran de hacer comentarios, que si la niña ha salido en todo al padre, que si no le des tanto de merendar, que si está redonda….Y sobre todo tienen fijación con la barriga. Que el bebé tiene mucha barriga, que no es normal, que los demás bebés no tienen….Ha habido episodios en los que hemos ya discutido en comidas familiares porque ocasionalmente hemos querido darle un poco de postre. Y siempre los comentarios, va a acabar igual que el padre etc. Un día mi pareja se enfadó y con razón.
He llegado a preguntarle al pediatra por insistencia de mi madre y me ha dicho que los bebés tienen a veces el vientre hinchado hasta los tres años…
No sé, escribo porque me preocupa que sobre una niña que no tiene ni dos años se viertan ya todos estos juicios…Y no sé cuánto hay de realidad y cuánto de normalidad en que un bebé tenga barriguita. Y eso, que no puedo más jajjaaja que algún día voy a reventar y decirles de todo de malas maneras.
Siento que la gordofobia que jamás he sufrido yo la puede sufrir mi hija que es lo que más quiero. ¿Cómo gestiono esto?