Hola, hace mucho tiempo que no me paso por la web, y hace unos días me ocurrió algo que no me deja dormir.
Veréis, hace por lo menos diez años, nos fuimos mi familia con mis tíos y mis primos a un campo a pasar un fin de semana. Resultó que uno de mis primos, llamemosle Pepito, decidió llevar a un amigo suyo (la persona en cuestión) llamado Jesús.
Bueno, todo comenzó bien, porque yo ya conocía a este chico de verlo por mi barrio y de estar en casa de mis primos. He de mencionar que mis primos y yo vivimos muy cerca. Entonces, sigo, como decía, todo había empezado bien, hasta que el sábado por la tarde nos quedamos mi primo Pepito, su amigo Jesús y yo solos en la misma habitación jugando a la play 1, ya os digo que pasó hace mucho tiempo.
Los tres comenzamos a jugar sin problemas, hasta que decidimos jugar a un juego de un solo jugador, por lo que mientras que uno jugaba, los demás nos quedábamos mirando y comentando la situación. Cuando Jesús y yo jugamos no hubo problema, pero en el momento en el que le tocó jugar a mi primo… empezó todo. Yo me estaba quedando dormida, porque era por la tarde (alrededor de las 5) y me estaba entrando mucho sueño, así que me dejé caer en la cama y me puse una almohada en la cara para que no me molestara la luz que entraba por la ventana.
Justo cuando me iba a quedar dormida, comencé a sentir una de las manos de Jesús sobre mi barriga (estaba en bikini porque era verano y teníamos piscina en el campo), en un principio no me desagradó porque me estaba haciendo cosquillas, pero el problema es que no se quedó ahí, fue avanzando hasta tocar mis casi inexistentes pechos (yo tenía 10 años). Los sobaba muchísimo, y yo no sabía que hacer, lo único que se me ocurrió fue darme la vuelta en la cama y ponerme boca abajo. Cosa que solo empeoró la situación.
Mi primo no se daba cuenta de nada, o eso espero creer, porque sino se me vendría el mundo encima, pero cuando me di la vuelta, Jesús se apartó durante unos segundos y al rato comenzó a tocarme de nuevo. Esta vez la espalda. Comenzó con una leve caricia hasta que descendió a mi trasero, donde recuerdo perfectamente que se me pusieron los pelos de punta, y no precisamente por el gusto. Yo estaba muy asustada, tenía las lágrimas saltadas, jamás me habían tocado así, y lo estaba odiando.
Introdujo su mano en mi culo hasta que llegó a mis partes. Recuerdo dar un respingo cuando sentí sus dedos ahí. Me levanté de la cama y sin mirarle a la cara me fui de la habitación.
No volví a mirarle a la cara en muchísimo tiempo, eso se me quedó en la cabeza gravado a fuego, y no he podido ni puedo hacer nada con ello, porque cada vez que lo veo me entran ganas de vomitar y me pongo muy MUY nerviosa. Y no puedo evitar encontrármelo porque vive justo a mi lado.
Y aunque ya han pasado 10 años o más, sigo sin superarlo. Sólo mis amigas mas cercanas lo saben, pero no me veo capaz de contárselo a nadie más, ni ésto ni otras cosas que me han pasado por el estilo, así que realmente esto es para mi un desahogo.
Gracias por leerme. Os quiero a todas y me encanta leeros.