Hola! Te voy a explicar un poco mi experiencia por si te sirviera.
Yo he sufrido depresión desde muy pequeña. Tenía muchos problemaa de autoestima, no me veía capaz de ser quien los demás querían que fuera, se esperaba muchísimo de mi. No era feliz, mis amigas eran unas falsas, no podía salir por la tarde a la calle por la zona donde vivía y porque debía cuidar de mis hermanos pequeños. Después mientras crecía, me empezaron a ocurrir cosas horribles, muy feas, que agravaron todo y me metí en un pozo oscuro, sin salida, sin sentido, sin vida.
Finalmente un día denuncié los abusos que estaba sufriendo desde hacía años. Me harté y conté todo a todo el mundo, dejé de esconderme (pase casi dos años encerrada en mi cuarto sin salir a nada ni hablar con nadie).
Pero yo no quería ir a terapia. Había tenido una mala experiencia con uno al que había ido una vez y aquello parecía una secta.
Estaba cerrada en banda y no aceptaba ningún argumento. Entonces uno de mis tíos me dijo que fuéramos juntos, que me llevaba él, hablábamos con la muchacha que la había conocido por teléfono y parecía buena gente, que le exponiamos mi caso y ella decidiera cómo se actuaba, y ya yo decidía si volver para la primera sesión o no.
Me acompañó a ese primer contacto y yo era totalmente exceptica, veía que aquello no me iba a ayudar en nada y era una pérdida de tiempo.
Pero bueno me comprometí a ir a pesar de todo, no iba a perder nada, yo ya me sentía como un 0 y me daba igual todo.
Las primeras sesiones fueron raras, no me preguntaba lo que yo esperaba y la consulta no resultó ser yo recitando mis problemas y hablando como en las películas. Ella me empezó a hablar de mi rutina, de lo que hacía, horarios, etc. Comenzamos organizándome y poniéndome tareas, como qué quería lograr con las sesiones, cómo me veía yo a mi misma, etc.
No me dijo qué hacer, me puso una guía y me dió otro punto de vista de cómo me sentía yo. No era lo que esperaba pero cada semana recordábamos las pautas y listas que hice el primer día. Yo estaba muy mal y fui derivada a otro psicólogo y otra psiquiatra además de la psicóloga que me atendía. No me empecé a medicar hasta muy avanzada la terapia y fue por voluntad.
Nunca me di cuenta de lo mal que estaba hasta que he estado bien.
Cuando alcanzaba un objetivo de las tareas que me daba, era como abrir los ojos y ver que sí era capaz de avanzar, que lo fácil era «quedarme en la piedra de víctima y llorar» y lo difícil era dar pequeños pasos, y yo lo estaba logrando! Sin que nadie me dijera que lo hiciera, sin que nadie interviniera, yo solita con toda mi mierda encima lo estaba subsanando!
Los prejuicios le tienen cegado. Necesita entender que no es una obligación ni le van a usar como sujeto de pruebas, debe aceptar que tiene un problema y que lo cómodo es no pasar página, estar mal, recaer y no levantar cabeza. Sí, lo cómodo es no luchar, encerrarte y no salir, no moverte, enterrar la cabeza en la tierra en cada problema y esperar que se solucione solo o que no se solucione pero no te salpique. Lo sé, lo he vivido. La depresión no se escoge pero sí se escoge no luchar.
Dale tú apoyo, invitalo a acompañarle para que no esté solo. Los primeros pasos son imposibles sin alguien que tire de ti.
Pero te aviso, no construyas tu vida con alguien que no quiere ser salvado. No puedes irte a vivir sin que él esté sanado. Él tirará entonces de ti en vez de lo contrario.