Mi esposo y yo llevamos casi 12 años juntos, 5 de casados y 6 de noviazgo. Desde el inicio de la relación nuestra química sexual nunca fue de las mejores, teníamos sexo pero era muy ocasional y yo rara vez sentía ese fuego ardiente que sentía con parejas anteriores.
Una vez, al inicio de la relación, fuimos a un hotel porque pues nos teníamos muchas ganas, entramos a la habitación, nos empezamos a besar, y él fue desvistiéndome lentamente frente a un espejo, todo pintaba muy rico pero cuando quisimos hacerlo, a él no le funcionó. No me enojé ni nada pero me pareció muy raro porque ambos estábamos muy prendidos. El caso es que esta situación se repitió más adelante, a lo largo de la relación, una y muchas veces más.
Excluyendo este aspecto, todo siempre marchó muy entre nosotros, él siempre fue y es un hombre bueno que me apoya, me ama, me respeta y me hace sentir como en casa, es por eso que hace casi 6 años, prioricé todos estos aspectos y acepté casarme con él y a decir verdad, tenemos un matrimonio estable y hemos construido muchas cosas juntos, tanto a nivel de vínculos como a nivel financiero.
El problema es que de un tiempo a esta parte, yo siento que he dejado de lado mis necesidades biológicas apostando por mi matrimonio, pues ahora prácticamente no tenemos relaciones y eso me hace sentir que estoy dejando ir una etapa de mi vida donde debería estar en la flor de mi sexualidad y es todo lo contrario.
Hace unos años buscamos ayuda médica y le hicieron algunos estudios y estuvo en tratamiento pero eso no solucionó el problema. Encima de que nuestros encuentros sexuales eran escasos, a él nunca o casi nunca le funcionaba, por eso hoy por hoy, ya no tenemos sexo y no sé qué hacer porque yo siempre he sido muy intensa y mi pareja con su disfunción e inapetencia sexual es el POLO OPUESTO.
Hay días en los que tengo la libido muy alta y entonces me atiendo sola y fantaseo con otras personas y la verdad no me siento mal por eso porque a estas alturas mi marido ya no me mueve un solo pelo. Ya no se me apetece y yo no sé si esta falta de vida sexual podría acabar en algún momento con mi matrimonio.
Erika