Como seño de infantil, te diré que tu hijo no es el único, Elsa es una reina mágica muuuyy poderosa, esa posición a los nanos les encanta. Da lo mismo que sea chico o chica, ellos eso no lo ven, si que diferencian el bien del mal, y saben que elsa es buena y actúa con bondad, haciendo el bien, igual que lo hace Spiderman, Harry Potter o merlin. De verdad no marqueis estereotipos que a día de hoy eso está muy desfasado y no beneficia a nadie. Queremos niñ@s felices y para ello hay que respetar gustos y sentimientos.

Señor marido:

Les infantes (sea cual sea su género/sexo) juegan. Hay miles de tipos de juego, uno es el juego simbólico, que utilizan para reflejar lo que ven en la familia y entorno cercano para hacerlo propio y entenderlo a través de la imitación y la propia experiencia. Por ejemplo, juegan a ser mamás/papás, profesores, cajeros de supermercado, médicas… También juegan a ser animales, personajes de ficción, super héroes, super heroínas y todo aquellos a lo que están expuestos y les atrae o les ilusiona. Imitar es una forma de aprender, sumergirse en la historia y entender (cuando imitan lo que hace un padre, profesor o madre) están haciendo propias las actividades de ejercer ese rol, las entienden y las hacen suyas.

Ser una super heroína como Elsa es algo muy guay: libera su poder que está ultra-mega-guapo, acepta quién es, libera sus sentimientos, cuida de su hermana, vive aventuras… y todo acompañado con un vestido con muchos brillantitos, una trenza que da gusto verla y unas canciones con mensajes muy positivos. Sújetame la chaqueta que voy a ponerme l capa. Yo también quiero ser Elsa. Tú también deberías querer.

No veo problema en que tú hije quiera ser Elsa, Anna, el inspector Gadget o Espinete, siempre y cuando los personajes tengan un subfondo de ser buenas personas , promuevan mensajes positivos y valores prosociales ¿Qué problema hay?

Sería preocupante si quisiera imitar a Lord Voldemort obsesivamente solo para exterminar a las razas Muggle y mestizos, torturar hasta la muerte o querer formar un ejército de fieles para imponer un sistema totalitario. Sería preocupante si quisiera ser, de forma obsesiva, un personaje que usa la violencia, es intolerante y no respeta la diversidad.

Pero ¿Elsa? Quizá no sea lo idealísimo (en mi opinión, hay que hacer criba en cuanto a canon de belleza, supuesta perfección en la apariencia, y otros conceptos que, bajo mi criterio, deberían ser tema de reflexión con los hijos para que ellos desarrollasen una actitud crítica hacia el mensaje que se les transmite mediante el contenido visual). Pero Elsa es otro personaje más, al igual que Tarzán, El Rey León o Brave).
Mensajes positivos y negativos transmiten todos. Pero es el deber de los tutores o m/p-adres intentar desarrollar el pensamiento crítico con ellos.

Ahora, si te preocupa porque Elsa es un personaje femenino… Eh, bueno, deberías revisarte la posible homofobia, transfobia, sexismo arraigados. Todo sea por el bien de tu hijo.

Nilly

¿Y?
¿Y si a una niña le gusta Spiderman?
¿Y si a tu hijo le gusta Elsa?
¿Y si tu hijo es gay?
¿O no?
¿Y si tu hijo es trans?
¿Y si tu hijo quiere ser piloto?
Yo no me preocuparía por mi hijo, me preocuparía por mi marido, a ver si va a ser un neardental de mierda.

Yo me disfrazaba de tortuga ninja y mi hermano de flamenca ( y de lo que se nos cruzase entremedias según la época) y ahí estamos los dos heterosexuales y normativos, si tú hijo se quiere disfrazar de Elsa pues mira qué bien, ya le dará por spiderman, la patrulla canina o Rapunzel y no pasa nada. Luego se le hace raro que se quiera vestir de niña cómo un juego pero el primer carnaval que salen se visten de puta… Vamos que si el niño es gay lo será se disfrace de Elsa o no, y si es hetero exactamente lo mismo, dile que le deje disfrutar de su niñez que el ya disfruto la suya.

Hola!

Yo de pequeña siempre elegía disfrazarme de «El Zorro». Veía las películas con mi padre y era lo que más me gustaba en el mundo. Mi madre me compró el disfraz y mientras las demás se vestían de princesas en las fiestas del cole, yo no dudaba ir con mi antifaz. Mi hermano de pequeño pedía muñecas,las tuvo y fue un niño feliz, jugó tanto con coches o balones como con cocinillas y muñecas. Los niños no entienden de géneros, sólo de ilusión. Quizá el mundo este demasiado corrompido y son ellos los que nunca se equivocan.