Hoy queremos compartir con vosotras el email que nos ha mandado una seguidora de hace muchos años:
Ay chicas, quería compartir con vosotras una historia de justicia. El otro día me mandó un asqueroso una foto de su polla para ver qué me parecía. Sí, me la mandó así de la nada.
El chaval tenía pocas luces y me lo mandó desde su Instagram en el que aparecía el nombre de la empresa donde trabajaba. Así que por primera vez en mi vida decidí tomar medidas y me puse en contacto con la empresa.
Hoy me han llamado los abogados de dicha empresa flipando y diciéndome que han echado al tío a la calle. Que además trabaja con niños y no quieren a alguien así en su empresa.
Estoy muy feliz, la próxima vez se lo va a pensar dos veces antes de mandar una foto de su polla a alguien que no se la ha pedido.