Buenas tardes. Nunca he escrito en el foro, pero tengo un «problema» que no me puedo sacar de la mente. Hace más de un mes conocí a un chico por Tinder. Yo tenía 0 expectativas y no buscaba para nada tener algo más que uno o varios ratos agradables.
La cuestión es que poco tanto él como yo nos hemos ido «pillando» y hemos decidido aceptarlo sin prisas ni nada por el estilo. Nos lo pasamos muy bien, es detallista y he conectado con él como nunca lo había hecho con nadie. El problema viene dado porque este chico es muy nómada. No puede estarse quieto y cada semana viaja a un sitio diferente. A mí viajar también me encanta, pero en este momento de mi vida no puedo hacerlo tanto como quisiera. Esto dificulta que nos podamos conocer. Me parece muy poco quedar 1 vez cada dos semanas porque él ha decidido irse por ahí con los amigos y mantener una relación por Whatsapp es insostenible. Para colmo habíamos quedado el lunes y me dio plantón por temas de salud (lo cual comprendí 100%) y lo aplazamos para el martes, es decir, ayer y… ¡Adivinad qué pasó! Me volvió a dar plantón por lo mismo y luego me confesó que en realidad había quedado con otra persona (supongo que un amigo).
Hoy miércoles se va a casa de un amigo a otra ciudad y mágicamente para eso no le duele nada. Hasta la semana que viene no nos podemos ver porque tiene otro viaje… No sé si soy una tóxica de mierda o realmente me trata como una opción a la que llamar el día que tiene libre y no como una prioridad a la que buscar un hueco en su «apretada agenda». Él para mí era una prioridad porque realmente cuando se tiene ganas siempre se saca un hueco y veo como poco a poco se va apagando todo. Me da pena porque me ha dicho de irnos 2 días por ahí la semana que viene, pero estoy decepcionada y le he respondido un poco seca… en el fondo me apetece, pero llega el fin del verano y me veo la hostia venir ¿Creéis que exagero? No le he comentado directamente mi enfado porque soy de las personas que piensan que la atención no se mendiga ¿Qué haríais vosotras?