A mí me pasó algo parecido con mi gato Arlo! Cuando mi ahora marido dejó a su ex por mí, hace ya casi 4 años, uno de los problemas de la separación fueron los animales que tenían (3 perros y 3 gatos). Ella se quedó con 1 perro y 1 gato y él con 2 perros y 1 gato. El 3r gato, un Maine Coon enorme, precioso y muy cariñoso, lo dieron a un amigo (el Rastas) que supuestamente estaba enamoradísimo del gato. Al cabo de unos 5 meses mi marido se vino a vivir conmigo pero en mi apartamento de entonces no aceptaban perros y la ex se llevó a los 2 perros y al otro gato (en principio yo no tenía problemas en tener al gato pero ella se lo quiso levar igualmente, me tiene un poco de manía, de hecho la tengo bloqueada desde entonces por acoso). En seguida adoptamos 2 gatos más en una protectora. El problema vino cuando un día uno de los amigos de mi marido le llama diciendo que Arlo (el Maine Coon que habían dado al amigo de mi marido y la ex) estaba abandonado, ya que le habían echado de el «trailer» donde vivía por impago y había dejado al gato fuera (viven en una especie de parque de caravanas, muy habitual en EEUU donde resido, básicamente al lado del bosque y lejos de carreteras, por suerte). Total que el gato vivía debajo del tráiler hasta que el otro amigo se dió cuenta y llamó. Lo fuimos a buscar y estaba lleno de garrapatas, muy sucio, con muchos nudos, etc. Los Maine Coon son gatos con e pelo muy crespo y largo y muy abundante, y requieren mucha dedicación. Lo llevamos al veterinario, lo bañamos, le dieron medicación para garrapatas y todo bien. El problema vino cuando posteé en Facebook una foto del gato y el Rastas comentó llamándome ladrona y secuestradora y que iba a venir a buscar al gato a a fuerza aunque tuviese que romper una ventana. Por suerte, mi marido y yo vivíamos en otro pueblo a 20 minutos del suyo, y nadie de su pueblo (família incluida) sabía dónde vivíamos (fue una recomendación de la policía, cuando les fuí a comentar el acoso de la ex, incluso nos recomendó que tuviera garaje trasero o cerrado para que no reconocieran los coches). Mi marido llamó al Rastas y le dijo que lo iba a denunciar por abandono pero él amenazó a hacer que me deprtasen por secuestro (la ex iba a apoyar la versión de el Rastas) y, por si acaso, dejamos el gato en casa de mi suegra. Por suerte en un mes nos mudamos de Estado (6 horas lejos) y nos llevamos al gato. Nunca más supimos de ellos, por suerte. Arlo está feliz con sus dos hermanos Toulouse y Gray, con chip y todo a mi nombre